Ecuador solicita a México la retirada del estatus de refugiado de Walter Solís
El Ministerio de Gobierno de Ecuador pidió este lunes al Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador que gestione la retirada de la condición de refugiado otorgada por México a Walter Solís, exministro del gobierno de Rafael Correa, quien fue detenido en México recientemente con fines de extradición, aunque posteriormente fue liberado debido a la protección que le brindó el gobierno mexicano.
La solicitud ocurre en un contexto de tensas relaciones diplomáticas entre Ecuador y México, que se encuentran en disputa en la Corte Internacional de La Haya por el asalto a la Embajada de México en Quito, en abril pasado, durante la operación para detener a Jorge Glas, exvicepresidente de Correa, condenado por corrupción y asilado por México.
La solicitud ecuatoriana fue hecha por los canales diplomáticos, con la intermediación de Suiza, que hasta ahora ha intentado, sin éxito, mediar entre ambos países en relación con el caso de Glas.
La extradición de Solís fue solicitada por la justicia ecuatoriana en el marco de las investigaciones por las obras de reconstrucción tras el terremoto de 2016. Solís, quien fue ministro de Transporte y Obras Públicas entre 2015 y 2016, está acusado de presunto peculado (malversación de fondos públicos). Junto a él, Glas es uno de los imputados en este caso.
Además, Solís tiene dos condenas vigentes por corrupción. La primera es de ocho años de prisión por cohecho en el caso Sobornos, relacionado con la financiación irregular del movimiento político Alianza País, y la segunda también de ocho años por malversación de fondos públicos en el caso Senagua, relacionado con su gestión en la Secretaría Nacional del Agua.
El Gobierno ecuatoriano argumentó que Solís debe rendir cuentas por sus actos y enfrentar las consecuencias legales de los delitos cometidos antes de haber recibido el estatus de refugiado en México. La solicitud de Ecuador subraya que, de acuerdo con el derecho internacional, la solicitud de asilo de Solís carece de fundamento en las normativas mexicanas y en los instrumentos internacionales sobre refugiados.
El correísmo ha rechazado las acusaciones de corrupción, considerando que estas forman parte de una persecución política dirigida a evitar su regreso al poder en Ecuador.