Por segunda vez en menos de un mes, fuerzas de la Guardia Costera de Estados Unidos interceptaron e incautaron un buque en aguas internacionales frente a las costas de Venezuela. La operación, confirmada por funcionarios estadounidenses bajo anonimato, ocurre días después de que el presidente Donald Trump ordenara un “bloqueo total” a petroleros sancionados.
Tras la primera incautación la semana pasada, decenas de buques permanecen varados en aguas venezolanas por temor a ser capturados, lo que ha desplomado las exportaciones de crudo.
La Casa Blanca mantiene un despliegue masivo en la región que ya suma más de 20 ataques a buques en el Pacífico y el Caribe, con un saldo de al menos 100 fallecidos.
Mientras el Pentágono guarda silencio, Trump ha sugerido que los operativos podrían escalar pronto a ataques terrestres contra Venezuela.
El presidente Nicolás Maduro denunció estas acciones como un intento de derrocamiento para tomar el control de las mayores reservas de petróleo del mundo. Analistas advierten que, de mantenerse el embargo, el precio global del crudo sufrirá un alza significativa ante la pérdida de casi un millón de barriles diarios de suministro.
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