A partir de este viernes, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos comenzó a tomar fotografías y datos biométricos de todos los ciudadanos no estadounidenses que entren o salgan del país por aire, tierra o mar.
Los datos barométricos se realizaran a residentes permanentes (Green Card), trabajadores y residentes temporales, por primera vez, se aplicará reconocimiento facial a menores de 14 años y adultos mayores de 79 años.
El registro de datos biométricos se realizará tanto al ingreso como a la salida del territorio estadounidense para verificar la identidad y estancia legal.
El Gobierno justificó la medida como una herramienta necesaria contra el terrorismo, el fraude de documentos y la sobrestadía de visitantes. Sin embargo, activistas de derechos civiles han expresado preocupación por la privacidad y el manejo a largo plazo de esta información sensible.
Paralelamente, se mantiene la propuesta de exigir el historial de redes sociales de los últimos cinco años a viajeros de 42 países (bajo el sistema ESTA), endureciendo aún más los requisitos de admisión al país.
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