Espectaculo

El Auditorio Nacional fue el escenario de una mágica recreación del clásico ballet El Lago de los Cisnes

La presentación, que tuvo lugar el pasado fin de semana, fue a cargo del Ballet de Jalisco, conocido por su capacidad de mezclar la técnica clásica con un enfoque contemporáneo.

La presentación del Lago de los Cisnes en el Auditorio Nacional fue un verdadero espectáculo de arte, música y danza, que logró transportar al público a un reino mágico. Con una duración cercana a las tres horas, la interpretación de la Compañía Nacional de Danza (CND) fue recibida con una gran ovación. La coreografía, a cargo de Cuauhtémoc Nájera, se basó en las originales de Marius Petipa y Lev Ivanov, mientras que la música de Piotr Ilich Chaikovski fue interpretada por la Orquesta de Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección de Luis Miguel Sánchez.

Los movimientos corporales y las escenas elaboradas permitieron a los asistentes vivir la experiencia como si fueran parte de la corte de un reino encantado, haciendo del evento una celebración del ballet clásico que mantuvo a todos cautivados.

La función única del Lago de los Cisnes en el Auditorio Nacional fue una experiencia mágica, donde el ballet de dos actos y cuatro escenas transportó al público a un mundo de fantasía. Los bailarines, con movimientos casi sobrenaturales, interpretaron a los emblemáticos personajes Odette, Odile y Sigfrido, sumergiendo a los espectadores en una narrativa rica en emociones y simbolismo. La coreografía, diseñada por Cuauhtémoc Nájera, buscó resaltar la esencia de cada personaje, permitiendo que su humanidad brillara a través de un lenguaje artístico tradicional.

Los decorados y el vestuario contribuyeron a la atmósfera mágica del espectáculo, destacando los contrastes entre el esplendor de los jardines del palacio y la melancolía del lago rodeado de bosque. La dirección musical a cargo de Luis Miguel Sánchez complementó perfectamente la danza, marcando el ritmo de la historia con la orquesta en vivo. La actuación de los solistas, como Valeria Mariaud como Odette-Odile y Alejandro Hidalgo como Sigfrido, fue especialmente notable, mostrando técnica y emoción en cada interpretación.