El cardenal Becciu renuncia a participar en el cónclave tras ser excluido por Francisco
El cardenal Angelo Becciu, quien fue despojado de sus privilegios de purpurado por el papa Francisco debido a su implicación en un escándalo financiero, ha anunciado su decisión de renunciar a participar en el cónclave para la elección del próximo papa, que comenzará el 7 de mayo.
En una declaración enviada a los medios, Becciu explicó que su renuncia se debe a un “actuar por el bien de la Iglesia” y su deseo de contribuir a la serenidad y comunión del cónclave. “A pesar de seguir convencido de mi inocencia, he decidido obedecer como siempre he hecho a la voluntad del papa Francisco y no entrar en el cónclave”, afirmó.
Esta decisión llega después de que el pasado lunes se celebrara la congregación general de los cardenales, en la que se confirmó la fecha de inicio del cónclave. Previamente, el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, presentó a los cardenales dos documentos firmados por el papa Francisco que confirmaban que Becciu no podía participar en la elección papal debido a su condena por irregularidades financieras.
Becciu, quien fue condenado a 5 años y 6 meses de prisión por un caso de fraude financiero, sigue esperando la resolución de su recurso. En 2020, Francisco suspendió al cardenal, despojándolo de los “derechos asociados al cardenalato”, aunque no le retiró sus deberes, lo que inicialmente le permitió mantener la capacidad de votar en el cónclave.
El Caso Becciu ha causado un gran malestar dentro del Colegio Cardenalicio, con algunos purpurados expresando su sufrimiento y preocupación por las implicaciones que esta situación pudiera tener en la legitimidad del cónclave. Sin embargo, se aclaró que, de acuerdo con las reglas vaticanas, la exclusión de Becciu debía haber sido decidida por el papa antes del inicio del cónclave.
Becciu fue el primer cardenal en ser juzgado por un tribunal penal del Vaticano y además ha sido inhabilitado de manera perpetua para ocupar cargos en la Santa Sede. El escándalo en el que se vio envuelto incluyó la compra de un lujoso edificio en Londres y diversas irregularidades financieras relacionadas con donaciones de gran valor.
El cardenal italiano de 76 años ha insistido en que el papa nunca le excluyó explícitamente del cónclave, lo que le permitió seguir participando en las congregaciones generales, pero ha decidido ahora renunciar a ejercer su derecho al voto en el cónclave por el bien de la unidad eclesiástica.
