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Johannesburgo. – Millones de personas en el sur de África están al borde de la hambruna debido a una sequía sin precedentes que podría desatar una “catástrofe humanitaria de gran escala” si no se reciben los fondos necesarios, alertó este martes el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas.
En Ginebra, el portavoz del PMA para el sur de África, Tomson Phiri, hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para evitar que la sequía causada por el fenómeno de El Niño se transforme en una crisis aún mayor. Phiri destacó que el organismo está distribuyendo alimentos y brindando apoyo a programas de ayuda, pero advirtió que solo han recibido una quinta parte de los 369 millones de dólares que necesitan para enfrentar la situación.
Cinco países —Lesoto, Malawi, Namibia, Zambia y Zimbabue— ya han declarado el estado de emergencia, después de que la sequía devastara sus cultivos y matara al ganado hace varios meses. Otros países gravemente afectados incluyen Angola y Mozambique, donde las condiciones también son críticas.
La directora interina regional del PMA para el sur de África, Lola Castro, informó en julio que la sequía ha destruido el 70% de las cosechas en Zambia y el 80% en Zimbabue. Esta crisis alimentaria, provocada por el fenómeno El Niño, ha sido descrita como la peor en la región en los últimos 100 años.
La situación es especialmente alarmante para los niños. Se estima que alrededor de 21 millones de niños en toda la región están desnutridos, lo que pone en riesgo su salud y desarrollo.
El impacto de la sequía no solo ha afectado los cultivos, sino también la infraestructura energética de la región. La reducción en las lluvias ha disminuido la capacidad de producción hidroeléctrica, lo que ha generado apagones en varios países. En respuesta a la escasez de recursos, Zimbabue y Namibia han anunciado el sacrificio de cientos de animales silvestres, incluidos elefantes, para aliviar la presión sobre los recursos naturales.
El PMA advirtió que la crisis podría agravarse aún más hasta las próximas cosechas, previstas para marzo y abril del próximo año. Sin una intervención urgente, la región enfrentará una emergencia humanitaria de proporciones devastadoras.