Celestial delights in Toronto! The sun is rising on a hot summer Day.
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El enemigo invisible: la importancia de cuidarse del sol en tiempos de calor extremo

El sol es fuente de vida, energía y bienestar. Sin él, la Tierra no sería habitable. Sin embargo, la exposición excesiva a sus rayos puede convertirse en una amenaza silenciosa para nuestra salud. En medio de olas de calor cada vez más intensas y veranos más largos, protegerse del sol ya no es solo una recomendación: es una necesidad.

Rayos UV: lo que no se ve, sí daña

La radiación ultravioleta (UV), aunque invisible, es responsable de daños acumulativos en la piel y en los ojos. Exponerse sin protección puede provocar desde quemaduras solares leves hasta enfermedades graves como cáncer de piel, envejecimiento prematuro, cataratas y alteraciones en el sistema inmunológico.

“Los efectos del sol no son inmediatos en su totalidad. Muchas de las consecuencias aparecen años después de la exposición constante y sin protección”, explica el doctor Ignacio Romero, dermatólogo clínico. “El cáncer de piel, por ejemplo, es uno de los más comunes, y su causa principal es la radiación solar acumulada”.


El cambio climático intensifica el riesgo

Según datos recientes de la Organización Meteorológica Mundial, los niveles de radiación UV están aumentando debido al debilitamiento de la capa de ozono y al cambio climático. Las olas de calor extremo ya no son excepcionales, y con ellas aumenta el tiempo que las personas pasan al aire libre, muchas veces sin la debida protección.


Cómo cuidarse del sol: recomendaciones clave

Expertos en salud recomiendan adoptar una serie de hábitos para protegerse adecuadamente:

  • Usar protector solar de amplio espectro (FPS 30 o superior), reaplicándolo cada dos horas.
  • Evitar la exposición directa al sol entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando la radiación es más intensa.
  • Usar ropa adecuada: prendas de manga larga, sombreros de ala ancha y gafas de sol con protección UV.
  • Buscar sombra siempre que sea posible.
  • No confiarse en días nublados: los rayos UV atraviesan las nubes.

Niños y personas mayores: los más vulnerables

Los niños, con su piel más sensible, y los adultos mayores, con menor capacidad de regeneración celular, son los grupos más expuestos a los riesgos del sol. Escuelas, familias y centros de salud deben fomentar la educación sobre los peligros de la exposición solar desde edades tempranas.


Conclusión

Cuidarse del sol no es alarmismo, es prevención. En un contexto de crisis climática y aumento sostenido de enfermedades relacionadas con la radiación UV, tomar conciencia de los riesgos y actuar en consecuencia puede marcar la diferencia entre una vida saludable y una marcada por complicaciones evitables. La clave está en informarse, protegerse y crear hábitos que cuiden nuestra salud a largo plazo.