El miedo a las redadas del ICE afecta a los migrantes en Nueva York: vendedores y jornaleros disminuyen su presencia
El temor a las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) ha generado un notable descenso en la presencia de migrantes en las calles de Nueva York. Vendedores ambulantes, jornaleros, repartidores y trabajadores del servicio doméstico han visto alteradas sus vidas diarias, optando por permanecer en sus hogares debido a la incertidumbre y el miedo a ser detenidos.
El presidente Donald Trump ha intensificado las políticas migratorias desde su toma de posesión el 20 de enero, generando un clima de ansiedad en las comunidades de migrantes, especialmente aquellos sin estatus legal. En barrios como El Barrio, en Harlem, donde reside una gran población mexicana, muchos vendedores, como Andrés, un inmigrante mexicano que vende flores, temen que su situación legal pueda ser motivo de detención. “Es mucho el miedo, pero es más la necesidad”, afirma, reflejando la angustia de otros migrantes que, aunque preocupados, siguen trabajando para sobrevivir.
Se estima que en Nueva York existen alrededor de 23 mil vendedores ambulantes, muchos de ellos indocumentados, y que la reciente incertidumbre ha reducido su número en las calles. En una encuesta reciente, el 57% de estos vendedores se identificaron como indocumentados, subrayando el temor generalizado a las redadas.
En el caso de los jornaleros, que suelen esperar en paradas de autobuses o gasolineras para ser contratados para trabajos de construcción o mudanza, la afluencia ha disminuido considerablemente. Según Lucía Goyen, directora de Caridades Católicas, la cantidad de jornaleros que se presentan para ser contratados ha caído drásticamente, de 30 o 40 a menos de una decena en ciertos puntos de la ciudad.
Este temor también ha impactado la disposición de los migrantes para hacer valer sus derechos. Muchos evitan acudir a los tribunales por casos de discriminación o robo salarial, por miedo a que las autoridades migratorias se interesen en su situación. “Saben que tienen derechos, pero no quieren pelear por ellos”, señaló Goyen.
La situación afecta también a los repartidores de comida o ‘deliveristas’, quienes, aunque esenciales durante la pandemia, ahora se sienten inseguros en su trabajo diario. Gustavo Ajche, fundador de Deliveristas Unidos, comentó que la comunidad de repartidores ha comenzado a dispersarse, evitando interactuar entre sí por temor a las redadas. Antonio, otro líder del grupo, expresó que el miedo es tan grande que los miembros de la comunidad ya no confían en las autoridades locales y se cuidan comunicándose constantemente a través de WhatsApp para mantenerse alerta.
Aunque la organización New Immigrant Community Empowerment (NICE) ha indicado que no ha notado una disminución significativa de jornaleros, sí se percibe una creciente sensación de inseguridad entre los migrantes debido a las políticas migratorias en marcha. Sin embargo, muchos siguen adelante, enfrentándose a los riesgos con la esperanza de sobrevivir y continuar con sus trabajos.