El mundo empieza a superar el caos generado por el apagón de Microsoft
Se produjo un importante apagón informático a nivel global debido a un error en una actualización del software de CrowdStrike, una empresa de ciberseguridad con sede en Austin, Texas. Esta actualización afectó el sistema operativo Windows 10 de Microsoft, provocando que numerosos equipos quedaran atascados en la “pantalla azul de la muerte”.
El problema no fue resultado de un ciberataque según George Kurtz, CEO de CrowdStrike, quien afirmó que se trató de un error en los controladores de Falcon, una herramienta de seguridad de la empresa, que a su vez impactó en la plataforma de computación en la nube de Microsoft, Azure. Este fallo tuvo repercusiones masivas en diversas industrias esenciales alrededor del mundo, incluyendo bancos, aerolíneas, medios de comunicación y el sector salud.
El sector más afectado fue el transporte aéreo, con más de 31 mil vuelos retrasados y 3 mil 600 cancelados solo en Estados Unidos. Grandes aeropuertos internacionales como Heathrow, en Londres, y aerolíneas como American Airlines, Delta y United experimentaron interrupciones significativas.
En otras partes del mundo, como en América Latina, aunque hubo algunas afectaciones menores, la mayoría de las operaciones críticas se mantuvieron estables. En países como México y Brasil, se reportaron demoras y cancelaciones en vuelos internacionales, así como problemas en bancos y otras instituciones, pero el control del tráfico aéreo y el suministro eléctrico se mantuvieron operativos.
En resumen, el incidente resaltó la vulnerabilidad global ante fallas técnicas en infraestructuras clave y la dependencia de sistemas interconectados que pueden verse afectados por problemas técnicos inesperados en cualquier parte del mundo.