Internacional

El papa León XIV llama a trabajar sin prejuicios y con humor, “como enseñó el papa Francisco”

En su primer encuentro con los empleados del Vaticano desde su elección, el papa León XIV hizo un llamado a la Curia Romana y al personal de la Santa Sede a ejercer sus labores “evitando prejuicios y con una buena dosis de humor, como nos enseñó el papa Francisco”.

La intervención tuvo lugar este sábado en el Aula Pablo VI, donde el pontífice fue recibido con una ovación cálida por parte de miles de trabajadores del Vaticano y sus familias. En un ambiente distendido y cercano, el Papa quiso agradecer la labor cotidiana de quienes sostienen el funcionamiento de la Iglesia “desde dentro”, evitando, como él mismo señaló, hacer un “discurso programático”.

“Sí, como sabéis, llegué hace solo dos años, cuando el amado papa Francisco me nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos. Así que dejé la diócesis de Chiclayo, Perú, y vine a trabajar aquí. ¡Qué cambio! Y ahora… ¿Qué puedo decir?”, dijo, arrancando sonrisas entre los presentes. Robert Prevost, su nombre de pila antes de ser elegido papa el pasado 8 de mayo, recordó así sus orígenes como religioso agustino y misionero en Perú, país donde maduró su vocación pastoral.

“Nunca podré agradecerle lo suficiente al Señor por este regalo”, dijo al recordar su experiencia en Latinoamérica, destacando que también su paso por la Curia ha sido “una nueva misión” que ha compartido con quienes ahora dirige como jefe espiritual.

Una Iglesia que construye puentes
León XIV reiteró el llamado que hizo en su primer mensaje tras ser elegido Papa: “Buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes, dialoga, siempre abierta a acoger con los brazos abiertos a todos”. Subrayó que ese espíritu de apertura y servicio debe comenzar desde lo cotidiano, especialmente en el ambiente laboral, donde se construyen los primeros gestos de unidad.

“Cada uno puede ser constructor de unidad con su actitud hacia los compañeros —dijo—, superando las inevitables incomprensiones con paciencia y humildad, poniéndose en el lugar del otro, evitando prejuicios y también con humor”.

En este sentido, rindió homenaje al legado del papa Francisco, de quien reconoció no solo su guía espiritual sino también su capacidad de mantener la alegría en medio del servicio eclesial. “El papa Francisco nos enseñó que reír, incluso en medio del trabajo serio, también es un acto de fe”, expresó.

Un llamado a la corresponsabilidad
León XIV no pasó por alto el carácter colectivo del servicio en la Iglesia. “Cooperar en la gran causa de la unidad y del amor no comienza con grandes declaraciones —afirmó—, sino con nuestro comportamiento en las situaciones más simples”.

Finalizó su intervención con un tono de broma, ante los largos aplausos con los que fue recibido: “Si los aplausos son más largos que el discurso, entonces tendré que hacer un discurso más largo. Tened cuidado”.

En tiempos de transición dentro de la Iglesia católica, el tono cercano, agradecido y abierto de León XIV marca una continuidad con el estilo pastoral de Francisco, y abre también un camino de esperanza para un Vaticano que se propone vivir su misión con cercanía, humildad y buen humor.