Internacional

El papa León XIV ordena a once nuevos sacerdotes y les pide “reconstruir la credibilidad” de una Iglesia herida

En una emotiva ceremonia celebrada en la basílica de San Pedro, el papa León XIV ordenó este sábado a once nuevos sacerdotes y les instó a ejercer su ministerio con humildad, cercanía al pueblo y sin ambiciones de poder, en una Iglesia que, dijo, debe recuperar su credibilidad ante el mundo.

“Juntos reconstruiremos la credibilidad de una Iglesia herida, enviada a una humanidad herida, dentro de una creación herida. No importa ser perfectos, pero es necesario ser creíbles”, afirmó el pontífice durante su homilía, en uno de los momentos más solemnes del año litúrgico.

Con esta ceremonia, León XIV retoma una tradición interrumpida durante los últimos años del pontificado de Francisco, en los que el rito era encabezado por el cardenal vicario de Roma. En su mensaje, el papa pidió a los nuevos presbíteros salir al encuentro del “mundo real”, acompañar a las personas concretas y no caer en la tentación de vivir el sacerdocio como un privilegio o un refugio aislado.

El papa advirtió también que el “autoreferencialismo extingue el fuego” de la vocación sacerdotal, en alusión a la tendencia de algunos clérigos de vivir desconectados de las necesidades y sufrimientos de la gente.

Los once nuevos sacerdotes fueron formados en dos instituciones distintas: siete en el Pontificio Seminario Mayor de Roma y cuatro en el colegio misionero ‘Redemptoris Mater’. La ceremonia, cargada de simbolismo y tradición, incluyó la imposición de manos, la unción con el santo crisma y el canto de las letanías mientras los ordenandos se postraban ante el altar mayor.

“¿Estás seguro de que son dignos?”, preguntó el papa al cardenal vicario de Roma, Baldassare Reina, quien respondió: “Según las informaciones recabadas entre el pueblo cristiano y el juicio de quienes han guiado su formación, puedo confirmar que son dignos”.

Los nuevos sacerdotes prometieron respeto y obediencia al papa y a sus futuros sucesores. Después recibieron la estola y la casulla, y finalmente compartieron con el pontífice el abrazo y el beso de la paz, sellando así su incorporación plena al ministerio.

La ordenación marca un momento clave en el pontificado de León XIV, quien ha subrayado desde su elección la necesidad de “una Iglesia en salida” y comprometida con la transformación moral y espiritual tras los escándalos y desafíos recientes.