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El sol y su impacto invisible: el daño acumulativo y sus riesgos para la salud

La exposición al sol, aún en pequeñas dosis diarias, puede tener consecuencias graves a largo plazo. Especialistas en dermatología advierten sobre los riesgos del llamado “daño acumulativo del sol”, un fenómeno silencioso que afecta la piel gradualmente y que, con el paso de los años, puede derivar en envejecimiento prematuro, enfermedades cutáneas e incluso cáncer.

A diferencia de las quemaduras solares agudas, que son visibles y dolorosas, el daño acumulativo es progresivo e imperceptible en sus primeras etapas. Según expertos, cada minuto de exposición sin protección va deteriorando las fibras de colágeno y elastina de la piel, lo que provoca pérdida de firmeza, aparición de arrugas, manchas y cambios en la textura cutánea.

La radiación ultravioleta (UV), principalmente la tipo A (UVA), penetra profundamente en la piel incluso en días nublados o durante actividades cotidianas como caminar por la calle o estar junto a una ventana. Este tipo de radiación no genera calor ni enrojecimiento inmediato, pero sí impacta directamente en el envejecimiento celular.

Casos registrados en hospitales públicos del país muestran que personas mayores de 40 años comienzan a manifestar lesiones precancerosas, conocidas como queratosis actínicas, muchas veces resultado de una vida de exposición solar sin protección adecuada.

Los médicos alertan que el uso diario de protector solar con un factor de protección mínimo de 30, la ropa adecuada, lentes con filtro UV y evitar el sol entre las 10:00 y las 16:00 horas, son medidas esenciales para prevenir este tipo de daño. Incluso en personas de piel morena o con menor sensibilidad aparente al sol, los efectos acumulativos también ocurren.

En plena temporada de calor, las campañas de prevención buscan reforzar el mensaje de que protegerse del sol no es una medida estética, sino una necesidad de salud pública.

El daño acumulativo solar no se borra, pero sí se puede evitar. La conciencia y la protección diaria son las mejores herramientas para preservar la salud de la piel a lo largo del tiempo.