Erislandy Álvarez conquista el oro en boxeo (63.5 kg) en París 2024
El cubano Erislandy Álvarez demostró que la mejor defensa en el boxeo es el ataque, derrotando por decisión dividida al francés Soufiane Oumiha y llevándose la medalla de oro en la categoría de peso ligero (63.5 kg) en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Desde el primer tañido de la campana, el combate se convirtió en una verdadera batalla. Álvarez y Oumiha, finalistas en su categoría, se abalanzaron el uno sobre el otro con una intensidad desbordante. Ambos pugilistas mostraban en sus ojos el brillo de la ambición y el deseo de coronarse campeones.
Álvarez dejó clara su estrategia desde el inicio: no permitir que Oumiha tomara la iniciativa. Con frialdad y determinación, comenzó a martillar al francés con una combinación de jabs y crosses. Por su parte, Oumiha desplegó un baile táctico sobre el cuadrilátero, utilizando su juego de pies para esquivar los golpes del cubano. Las tarjetas favorecieron a Álvarez tras el primer asalto.
En el segundo round, Oumiha ajustó su estrategia, consciente de que la distancia sería su aliada. Con sus brazos largos y su ventaja de 10 centímetros sobre Álvarez, comenzó a controlar el combate con precisión. El francés recortó las distancias en las tarjetas al dominar este asalto.
El último capítulo del combate se desarrolló con una intensidad palpable. Ambos púgiles se entregaron al máximo, conscientes de que el tiempo se agotaba. El cuadrilátero se convirtió en una arena de batalla, donde ya no había espacio para retroceder.
En el último minuto, Álvarez hizo un movimiento que cambió el curso de la pelea. Un gesto rápido y desafiante provocó a Oumiha, quien aceptó el reto sin dudarlo y se lanzó al ataque con furia. Sin embargo, el cubano no retrocedió y continuó avanzando con determinación, concretando más golpes y adueñándose del round final.
Por decisión dividida (3-2), Erislandy Álvarez se coronó con la medalla de oro, en un desenlace que demostró que en el calor de una justa veraniega, no existen imposibles. Enfrentándose no solo a Soufiane Oumiha, sino también al apoyo del público local, Álvarez logró imponerse con valentía, dejando una marca indeleble en la historia del boxeo.