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Francia y Suiza detienen temporalmente la operación de plantas nucleares por ola de calor extrema

Una intensa ola de calor que afecta a gran parte de Europa obligó a Francia y Suiza a suspender temporalmente la actividad de varias plantas nucleares debido a los riesgos ambientales y técnicos asociados con las altas temperaturas. Esta decisión fue tomada como medida de precaución para evitar el sobrecalentamiento de los reactores y proteger los ecosistemas fluviales que reciben el agua utilizada para enfriar las instalaciones.

Las plantas nucleares en ambos países utilizan agua de ríos cercanos para enfriar sus sistemas. Sin embargo, durante los episodios de calor extremo, la temperatura del agua se eleva significativamente. Si se devuelve al cauce fluvial tras ser utilizada, aún más caliente, podría poner en peligro la fauna acuática, especialmente peces y organismos sensibles a cambios térmicos. Por esta razón, los operadores nucleares están legalmente obligados a reducir o suspender operaciones cuando se superan ciertos umbrales.

En Francia, que depende en gran parte de la energía nuclear para abastecer su red eléctrica, la suspensión parcial de plantas ha generado inquietud sobre el equilibrio energético del país durante el verano. A pesar de ello, las autoridades aseguraron que la red está preparada para resistir el aumento de demanda que suele registrarse en esta temporada debido al uso intensivo de sistemas de refrigeración.

En Suiza, donde las plantas nucleares también forman parte del suministro nacional pero en menor medida, la medida se adoptó de forma preventiva, siguiendo protocolos ambientales estrictos que rigen el uso de recursos hídricos. Los operadores energéticos han indicado que la producción eléctrica continuará por otras vías, y que no se prevén cortes generalizados en el suministro.

El fenómeno meteorológico ha sido catalogado como una de las olas de calor más intensas registradas en esta década, con temperaturas que en algunos puntos del continente superan los 40 °C. Meteorólogos advierten que este tipo de eventos extremos serán más frecuentes e intensos debido al cambio climático.

Esta situación pone de nuevo en debate la vulnerabilidad de ciertos tipos de producción energética frente a las condiciones climáticas extremas, y alimenta las discusiones sobre la necesidad de diversificar las fuentes de energía, reforzar la eficiencia del sistema eléctrico y adaptar las infraestructuras críticas a un entorno climático cambiante.