Internacional

Hezbollah: una victoria que Israel pactara el alto el fuego

En un discurso televisado, Naim Qassem, líder del grupo libanés Hezbollah, afirmó que su movimiento obtuvo una “victoria divina” sobre Israel, calificándola de más significativa que la de 2006. Argumentó que la intensidad de los combates, los sacrificios de sus militantes y el apoyo de Estados Unidos a Tel Aviv resaltan la magnitud del triunfo, al cual atribuye la aceptación del pacto por parte de las fuerzas israelíes.

Desafíos tras el cese de hostilidades
La tregua, que puso fin a más de un año de violencia en el que murieron aproximadamente 3,800 personas en Líbano y desplazó a 1.2 millones, fue puesta a prueba con un bombardeo israelí en el sur del país, mientras miles de desplazados intentan regresar a sus hogares destruidos.

En Gaza, la situación humanitaria sigue siendo crítica. El Ministerio de Salud de la franja informó que el número de muertos desde el inicio de las hostilidades superó los 44,000. Además, la falta de alimentos y refugio ha llevado a miles de mujeres y niños a buscar sustento entre escombros y basura.

Ajith Sunghay, de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, denunció el grave aumento del hambre y las dificultades para acceder a productos básicos, mientras que la OMS advirtió sobre el impacto del invierno en una población ya debilitada, donde el 90% sobrevive en condiciones precarias.

Reacciones internacionales y posibles acciones
El presidente francés, Emmanuel Macron, reclamó que el acuerdo alcanzado entre Israel y Hezbollah se cumpla sin dilación, calificándolo como fundamental para evitar una nueva escalada. Por su parte, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, a través de aliados republicanos como el senador Lindsey Graham, manifestó interés en asegurar un alto el fuego antes de asumir el cargo en enero.

En Cisjordania, la violencia también persiste. Hamas reivindicó un ataque contra un autobús de colonos israelíes que dejó nueve heridos, mientras delegados del grupo islámico sostuvieron conversaciones con funcionarios egipcios en El Cairo para avanzar en negociaciones sobre rehenes y posibles acuerdos de paz.

La tregua, aunque frágil, sigue siendo el único respiro en una región devastada por años de conflicto y marcado sufrimiento humano.