Investigadores graban un inusual caso de adopción entre osos polares en el ártico canadiense

Un equipo de científicos que realizaba labores de monitoreo en el norte de Canadá ha documentado un acontecimiento sumamente extraño en el reino animal: una osa polar adulta ha adoptado a una cría que no es su descendiente biológica. El hallazgo ocurrió en las proximidades de Churchill, en la provincia de Manitoba, una zona conocida como la capital mundial de los osos polares, donde los investigadores lograron captar en video a la hembra cuidando y alimentando al osezno junto a su propia cría.

La madre, identificada por los biólogos como la osa X33991, había sido avistada meses atrás, al salir de su refugio invernal, acompañada únicamente por un pequeño cachorro. Sin embargo, durante los recientes recorridos de otoño, el equipo de Environment and Climate Change Canada se sorprendió al encontrarla con dos crías de aproximadamente diez meses de edad. Al verificar los registros y las marcas de seguimiento, confirmaron que el segundo osezno se había unido a la familia de manera espontánea en algún momento del último semestre.

Evan Richardson, uno de los científicos responsables del descubrimiento, explicó que este tipo de adopciones son extremadamente raras en la naturaleza, con apenas trece casos documentados en los últimos 45 años de estudio de esta población. Según los expertos, el fuerte instinto maternal de las osas polares podría ser el detonante de este comportamiento, sugiriendo que la hembra pudo haber escuchado el llanto de la cría perdida en la tundra y, ante la incapacidad de ignorar el llamado, decidió integrarla a su camada.

Aunque se desconoce el destino de la madre biológica del cachorro adoptado, su integración a este nuevo núcleo familiar incrementa drásticamente sus posibilidades de supervivencia en un entorno tan hostil como el Ártico. Las crías de oso polar suelen depender de su madre durante los primeros dos años y medio de vida para aprender técnicas de caza y protección; sin esta figura materna, un osezno de diez meses difícilmente lograría superar el crudo invierno canadiense por cuenta propia.

Este suceso ha sido calificado por las organizaciones de conservación como una historia de esperanza en medio de los retos que enfrenta la especie debido al cambio climático y la pérdida de hielo marino. La familia de tres osos ha sido vista recientemente desplazándose hacia las zonas de hielo recién formado, donde continuarán su ciclo de vida natural, bajo la vigilancia a distancia de los investigadores que buscan comprender mejor estos complejos vínculos sociales entre los depredadores del norte.

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