Jefe de Hezbolá dice que no se desarmarán ahora y que están listos para “confrontación”
El líder del grupo chií libanés Hezbolá, Naim Qassem, reiteró este viernes que su organización no está dispuesta a desarmarse y que no entablará diálogo con las autoridades libanesas ni con la comunidad internacional hasta que cese la amenaza de Israel.
En un discurso televisado por canales afines al movimiento, Qassem dejó claro que Hezbolá no cederá sus armas y que la única condición para un posible diálogo es la eliminación de lo que considera la “agresión israelí”. “No abandonaremos nuestra fe ni nuestra fuerza, estamos listos para la confrontación. No habrá rendición ni entrega de las armas de la resistencia e Israel no nos las va a quitar”, subrayó el líder del movimiento.
La resistencia como barrera frente a Israel
Qassem defendió el derecho de Hezbolá a mantener su arsenal, argumentando que las armas del grupo representan el “principal obstáculo” para la expansión del Estado israelí y son fundamentales para proteger al Líbano. Aseguró que cualquier conversación sobre el desarme solo se podría considerar cuando Israel ponga fin a lo que calificó como “su amenaza constante”.
“Sin nuestras armas, el Líbano estaría indefenso frente a Israel. Esas armas son la única forma de salvaguardar nuestra soberanía”, agregó Qassem, quien también manifestó que las recientes acciones israelíes, que incluyen bombardeos en territorio libanés y la presencia militar en áreas del sur de Líbano, han intensificado las tensiones en la región.
La confrontación como última opción
El líder de Hezbolá hizo un llamado a la unidad en su comunidad y a mantenerse firmes ante las amenazas externas. “Sabemos que la confrontación es costosa, pero la rendición nos dejará sin nada. Aprendamos de las experiencias de la región y del mundo”, dijo Qassem, refiriéndose a las luchas pasadas contra potencias extranjeras en el mundo árabe.
El movimiento chií, respaldado por Irán, ha estado en constante enfrentamiento con Israel, especialmente en la frontera sur de Líbano, donde Hezbolá ha mantenido su poder militar y político desde la guerra de 2006. A pesar de un alto el fuego alcanzado en noviembre del año pasado, los ataques israelíes en el Líbano han sido frecuentes, con bombardeos esta misma semana que dejaron 12 muertos en el Valle de Bekaa, al este del país.
La postura de EE.UU. y la propuesta de desarme
Las declaraciones de Qassem se producen a menos de dos semanas de la visita de Thomas Barrack, el enviado especial de Estados Unidos para Siria, quien viajó a Beirut para promover una propuesta que busca abordar los puntos aún pendientes del alto el fuego, con un enfoque particular en el desarme de Hezbolá.
Qassem criticó con dureza la propuesta estadounidense, al considerar que el plan “demanda el desarme de Hezbolá a cambio de retiradas parciales de las tropas israelíes”. Según el líder de Hezbolá, este enfoque es inaceptable, ya que los israelíes “no han cumplido con las garantías” pactadas en noviembre, especialmente en lo que respecta a la retirada de tropas de zonas disputadas del sur del Líbano.
La situación en el sur del Líbano
Israel mantiene tropas en cinco colinas del sur del Líbano, territorio que considera estratégico para su seguridad, pero que sigue siendo reclamado por Hezbolá como parte del Líbano. La negativa israelí de retirarse de estas áreas, a pesar de los acuerdos alcanzados en el alto el fuego, ha exacerbado las tensiones entre ambas partes.
Con las perspectivas de paz y desarme pareciendo más distantes que nunca, el futuro de la región parece incierto, y Hezbolá sigue firmemente comprometido con su posición de “resistencia” hasta que Israel retire sus fuerzas y cese lo que consideran como “su agresión militar continua”.