Joe Biden es diagnosticado con cáncer de próstata en estado avanzado con metástasis ósea
El expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, fue diagnosticado con un cáncer de próstata en estado avanzado y con metástasis en los huesos, informó este lunes su oficina mediante un comunicado oficial. Según el parte médico, el tumor muestra un comportamiento agresivo, aunque se considera sensible a las hormonas, lo que abre la puerta a tratamientos con posibilidades de respuesta positiva.
“El presidente y su familia están revisando diferentes opciones de tratamiento con sus médicos”, señaló el comunicado, sin precisar aún qué tipo de intervención será la elegida. La noticia llega en un contexto donde el cáncer de próstata se consolida como uno de los tumores más frecuentes a nivel mundial.
De acuerdo con datos del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) de la Organización Mundial de la Salud, el cáncer de próstata es el segundo más común entre los hombres —solo superado por el de pulmón— y el cuarto más frecuente en la población general, detrás de los de pulmón, mama y colorrectal. En Estados Unidos, la Sociedad Americana contra el Cáncer estima que este año se diagnosticarán más de 313 mil nuevos casos de cáncer de próstata y que alrededor de 35 mil 770 hombres podrían fallecer a causa de esta enfermedad.
Factores de riesgo y síntomas
Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), este tipo de cáncer se origina en las células de la próstata, una glándula del aparato reproductor masculino. La edad es el principal factor de riesgo: el riesgo aumenta considerablemente a partir de los 65 años. También influye la herencia genética: hasta el 10% de los casos tienen antecedentes familiares, lo que incrementa la probabilidad de desarrollarlo a una edad temprana, incluso antes de los 55.
Otros factores incluyen la raza —es más frecuente en hombres afrodescendientes— y hábitos como una dieta rica en grasas animales, el sedentarismo, el tabaquismo y la obesidad. En sus etapas iniciales, el cáncer de próstata suele ser asintomático, pero en fases más avanzadas puede provocar síntomas urinarios, disfunción eréctil, presencia de sangre en la orina o el semen, y en casos de metástasis, dolor óseo, fatiga, pérdida de peso y debilidad en las extremidades inferiores.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico temprano suele realizarse mediante un análisis de sangre para medir el antígeno prostático específico (PSA), así como a través de un tacto rectal. Una vez detectado, el estudio de extensión del tumor es fundamental para determinar el estadio y el tratamiento más adecuado.
En casos avanzados, como el de Biden, el tratamiento estándar consiste en la terapia de privación androgénica (TDA), que busca reducir o bloquear la testosterona, hormona de la que se alimentan las células cancerosas para crecer. Este tratamiento puede aplicarse quirúrgicamente (orquiectomía) o mediante medicamentos que inhiben la producción de andrógenos, como los análogos de GnRH.
En los últimos años, el enfoque terapéutico ha evolucionado gracias al desarrollo de nuevos agentes hormonales y la incorporación de la quimioterapia, que ahora se utilizan en combinación con la TDA para mejorar la eficacia, especialmente en casos metastásicos como el del expresidente.
Por el momento, no se ha revelado el plan médico definitivo para Biden, pero su equipo asegura que se están evaluando todas las opciones disponibles. La noticia ha generado una oleada de mensajes de apoyo tanto desde la esfera política como desde la comunidad médica internacional.