El organismo rector del fútbol mundial, la FIFA, se encuentra actualmente en una fase avanzada de análisis para implementar uno de los cambios más disruptivos en las leyes del juego desde la creación del VAR. Esta propuesta, impulsada inicialmente por el exentrenador y actual director de Desarrollo del Fútbol Mundial, Arsène Wenger, busca modificar la interpretación del fuera de juego para otorgar una ventaja significativa al delantero sobre el defensor. El objetivo principal de esta iniciativa es reducir la cantidad de goles anulados por márgenes milimétricos y aumentar el dinamismo del espectáculo, respondiendo a las críticas recurrentes sobre la rigidez del sistema actual que penaliza acciones donde apenas una parte mínima del cuerpo se encuentra adelantada.
La modificación propuesta establece que un jugador solo estará en posición antirreglamentaria si todo su cuerpo se encuentra por delante del último defensor. Bajo la normativa vigente, cualquier parte del cuerpo con la que se pueda anotar un gol (cabeza, torso o piernas) que esté un milímetro por delante del penúltimo oponente es motivo suficiente para invalidar la jugada. Con la nueva regla, si cualquier parte del cuerpo del atacante está en línea con el defensor, la acción se consideraría legal. Este cambio estructural obligaría a los equipos a replantear sus sistemas defensivos, especialmente las líneas de presión alta, ya que los delanteros tendrían una ventana de espacio mucho más amplia para iniciar sus desmarques sin temor a ser sancionados por el arbitraje.
Actualmente, esta normativa se está sometiendo a pruebas rigurosas en torneos de categorías inferiores en países como Suecia, Italia y Países Bajos para evaluar su impacto real en el desarrollo de los partidos. Los datos preliminares de estas pruebas están siendo monitoreados por la International Football Association Board (IFAB), que es el único ente con la potestad de aprobar cambios oficiales en las reglas del fútbol. Si los resultados demuestran que la regla incrementa el promedio de goles sin desvirtuar la esencia competitiva del deporte, se espera que la FIFA presente una recomendación formal para su implementación global en las próximas temporadas. Esta transición marcaría el fin de la era de los “fueras de juego de hombro o rodilla” que han generado tanta controversia en las ligas de élite durante los últimos años.
