La Muerte de un Líder de Hamas Intensifica la Tensión Regional
Ayer, miles de fieles participaron en el funeral de Ismail Haniyeh, líder político de Hamas, en Doha, Qatar. Haniyeh, quien residía en la capital catarí, fue asesinado en Irán durante un ataque con explosivos al edificio donde se encontraba, mientras asistía a la investidura del nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian. Hamas ha acusado a Israel de estar detrás del ataque.
Bajo un calor de 44 grados Celsius, los asistentes se congregaron en la mezquita del Imán Muhamad bin Abdulwahab, la más grande de Qatar, y otros miles lo hicieron afuera. Los fieles portaban pañuelos con la bandera palestina y la kufiya tradicional, mientras oraban por el líder palestino.
Izzat al Rishq, miembro del gabinete político de Hamas, declaró que el día debía ser de ira abrumadora en protesta por el asesinato y el genocidio en Gaza. Haniyeh fue sepultado en el cementerio de Lusail, al norte de Doha. La Guardia Revolucionaria de Irán confirmó la muerte de uno de los guardaespaldas de Haniyeh en el ataque.
El Estado de Israel ha rechazado las expresiones de duelo por Haniyeh, calificándolo de asesino y líder de una organización terrorista. El canciller israelí, Israel Katz, criticó a Turquía por mostrar luto y acusó a su presidente, Recep Tayyip Erdogan, de apoyar a Hamas.
En respuesta a la situación, el Pentágono ha anunciado el refuerzo de sus capacidades defensivas en Medio Oriente para proteger a sus fuerzas y ayudar a Israel. El presidente estadounidense, Joe Biden, expresó que el asesinato de Haniyeh no facilita el diálogo para un alto el fuego y discutió con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sobre nuevos despliegues militares para proteger a Tel Aviv.
En otros frentes, el ministro de Exteriores iraní, Alí Bagheri Kani, ha pedido frenar a Israel para preservar la paz en Medio Oriente, mientras que el primer ministro libanés, Nayib Mikati, ha defendido el derecho de Líbano a proteger su soberanía y dignidad. La policía israelí investiga al predicador musulmán Ekrima Sabri por elogios a Haniyeh durante una oración en la mezquita Al Aqsa.