La reciente detección de una megaestructura de chorros cósmicos ha sorprendido a la comunidad astronómica

Las observaciones realizadas con el radiotelescopio europeo LOFAR (Low-Frequency Array) han llevado al descubrimiento de una megaestructura de chorros cósmicos que se extienden por una distancia equivalente a 140 veces el diámetro de la Vía Láctea.

Este descubrimiento de Porfirión, la estructura de chorros de plasma más grande jamás observada, representa un avance significativo en nuestra comprensión del cosmos.

Se extiende por aproximadamente 23 millones de años luz, lo que equivale a alinear 140 galaxias como la Vía Láctea una tras otra.

La estructura se formó cuando el universo tenía 6,300 millones de años, menos de la mitad de su edad actual de 13,800 millones de años.

Los chorros de plasma se originan en un agujero negro supermasivo y tienen una potencia total equivalente a billones de soles.

El hallazgo sugiere que estos chorros cósmicos gigantes pueden haber jugado un papel importante en la formación y evolución de las galaxias durante el universo joven.

El radiotelescopio europeo LOFAR (Low-Frequency Array) ha sido fundamental para detectar estas megaestructuras, utilizando observaciones de radio en frecuencias bajas.