Desde la izquierda: Gilberto Sepúlveda, Alexis Vega, Roberto Alvarado y Jorge Sánchez, jugadores de la Selección Mexicana de fútbol durante un entrenamiento. Imagen de archivo. EFE/José Méndez
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La Selección Mexicana llega en silencio a Los Ángeles, lista para defender el título

Sin alardes, sin declaraciones estridentes y en medio de una estricta logística de seguridad, la Selección Mexicana aterrizó en Los Ángeles con una misión clara: defender el título de la Copa Oro. El equipo tricolor llegó con perfil bajo, evitando el ruido mediático y enfocándose completamente en el objetivo deportivo.

La llegada del equipo se produjo bajo un ambiente de discreción, reflejo del enfoque serio con el que el cuerpo técnico y los jugadores están tomando esta nueva edición del torneo. A diferencia de otros años, no hubo recepción masiva de aficionados ni contacto con medios a su arribo. Todo el grupo se trasladó directamente al hotel de concentración, donde se encerraron de inmediato en la planificación del primer duelo.

La actitud reservada parece responder a una estrategia clara: evitar distracciones externas y canalizar toda la energía en el rendimiento dentro del campo. Jugadores clave del equipo han adoptado esta postura desde las últimas convocatorias, alejándose del protagonismo fuera de la cancha y reforzando la idea de que esta selección quiere hablar únicamente con fútbol.

Con una base sólida de jugadores experimentados y jóvenes que han demostrado su nivel en los últimos meses, México enfrenta el torneo con la presión de ser el actual campeón. El cuerpo técnico ha hecho énfasis en el compromiso, la concentración y el trabajo colectivo como pilares fundamentales para repetir la hazaña.

El ambiente dentro del grupo, según se ha dejado entrever en entrenamientos a puerta cerrada, es de seriedad, pero también de confianza. Cada integrante sabe que cualquier descuido puede costar caro en un torneo tan corto como intenso, donde cada partido puede marcar la diferencia.

El debut se acerca y el silencio con el que la selección llegó a Los Ángeles podría convertirse en ruido futbolístico si los resultados acompañan. México no solo buscará defender su título, sino también recuperar esa conexión con la afición a través del juego, el esfuerzo y, por supuesto, las victorias.