Latinos y Asiáticos de Los Ángeles Exigen el Fin de las Redadas de ICE y la Liberación de Trabajadores Detenidos
Activistas y trabajadores de origen latino y asiático unieron fuerzas este jueves en Los Ángeles para exigir el cese inmediato de las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y la liberación de trabajadores encarcelados desde el pasado 6 de julio. Esta muestra de solidaridad une a dos de las minorías raciales más grandes de California frente a la creciente presión migratoria.
Carlos González, un joven angelino de origen mexicano, denunció la detención de su hermano José y otras 14 personas de su comunidad el 6 de julio. “Fueron secuestrados por ICE, fueron llevados sin una razón y separados de nuestras familias por muchos días, la mayoría eran trabajadores de fábricas y construcciones”, lamentó González durante una protesta organizada por activistas asiáticos e hispanos en el Seoul International Park. Él y otros familiares de detenidos cuestionaron los métodos de detención empleados por ICE en las últimas semanas en California.
Por su parte, T.J. Kim, un migrante coreano y miembro de la organización Kiwa ‘Workers For Justice’, reveló que esta semana dos trabajadores de un popular mercado en el barrio coreano de Los Ángeles fueron arrestados por ICE mientras realizaban sus labores. Kim y otros activistas calificaron las recientes acciones de ICE como “ilegales” e “intimidantes”, destacando el despliegue de 90 agentes federales fuertemente armados el pasado 7 de julio en el parque McArthur, en el centro de Los Ángeles.
La militarización de Los Ángeles y los operativos de ICE han generado indignación en diversos sectores, incluyendo organizaciones de jornaleros, migrantes y la propia alcaldesa Karen Bass, quien calificó el operativo del parque McArthur como un acto violento.
Los integrantes de Kiwa han documentado la detención de al menos 1,006 migrantes de diversos orígenes en Los Ángeles en los últimos meses, señalando que la mayoría de estos arrestos fueron perpetrados por agentes no identificados. En particular, los trabajadores del sector de lavaderos de carros han sido duramente golpeados, con 106 personas de este gremio encarceladas por la autoridad migratoria.
María Herrera, una migrante guatemalteca, expresó el sentir de muchos: “Nosotros venimos de países por situaciones de violencia, dictaduras, corrupción, cambio climático y llegamos a este país porque creemos que nuestras familias se merecen una vida mejor, por eso debemos luchar por vivir libres en nuestras calles”.
Las organizaciones pro-migrantes exigen a las autoridades locales mejorar las condiciones de seguridad para las comunidades trabajadoras y buscar medidas para liberar a las personas actualmente detenidas. Familiares de los arrestados, como Carlos González, denuncian que sus seres queridos son retenidos en lugares donde se les priva de necesidades básicas como el agua o son sometidos a interrogatorios al aire libre.
Esta semana, un informe de la organización Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC) de la Universidad de Syracuse, Nueva York, reveló que ICE extendió en abril la capacidad de 45 de sus 181 centros de detención para manejar el creciente número de personas arrestadas. TRAC también destacó que algunos migrantes presos han sido enviados a centros fuera de los estados donde residen sus familias, como el caso de Rodolfo Villanueva, un migrante salvadoreño detenido en California y trasladado a El Paso, Texas.