Los Everglades, en el centro de la batalla antimigratoria en Florida
El humedal de los Everglades, un ecosistema único al suroeste de Miami, se ha convertido en el protagonista de una disputa legal en Florida, deteniendo la construcción de un centro de detención para migrantes conocido como “Alligator Alcatraz”. Este santuario de biodiversidad, reconocido como Patrimonio Mundial por la Unesco, ha sido objeto de una demanda ambiental que ha forzado la paralización de las obras.
El gobierno estatal, liderado por el republicano Ron DeSantis, eligió un aeropuerto abandonado en la Reserva Nacional Big Cypress para construir un centro de detención con capacidad para 3,000 personas. Aunque la apertura generó protestas por las condiciones de los migrantes, fue una demanda por el posible impacto ambiental “irreparable” lo que llevó a una jueza a ordenar la suspensión de nuevas infraestructuras por 14 días. La magistrada, sin abordar la cuestión migratoria, priorizó la protección del ecosistema circundante.
Daños documentados y la importancia del humedal
La organización Friends of the Everglades está detrás de la demanda que paralizó las obras. Según Eve Samples, directora ejecutiva de la organización, el centro de detención pone en peligro los humedales y especies amenazadas como la pantera y el murciélago de Florida. A pesar de que DeSantis argumentó que las instalaciones se construyeron sobre asfalto existente, Samples asegura que ya han documentado daños y la instalación de unas 8 hectáreas de nuevo pavimento, además de nueva iluminación visible a 24 kilómetros de distancia.
El valor ecológico de los Everglades es inmenso. El parque nacional no solo alberga el mayor ecosistema de manglares del hemisferio occidental, sino que también es la principal fuente de agua para la población de los alrededores, incluyendo a los casi 2.5 millones de habitantes del condado de Miami-Dade. Steve Davis, director científico de la Fundación Everglades, subrayó que un “medioambiente sano” y unos “Everglades saludables” son cruciales para la economía de Florida.
Sin embargo, el ecosistema ha sido reducido a la mitad de su extensión original debido al desarrollo urbano y agrícola. Por ello, la Unesco lo incluyó en 2010 en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro, de la que aún forma parte.