El retroceso de los glaciares en chile representa una de las crisis ambientales más críticas del año dos mil veinticinco debido a que estas masas de hielo funcionan como la reserva estratégica de agua más importante del país. estudios recientes de instituciones como el centro de ciencia del clima y la resiliencia advierten que para finales de este siglo los glaciares podrían perder hasta el ochenta por ciento de su volumen total lo que compromete gravemente el suministro hídrico para el consumo humano y las actividades productivas durante las épocas de sequía prolongada. el fenómeno se ha intensificado en la última década provocando que los ríos de la zona central dependan cada vez más del derretimiento acelerado de hielos milenarios que no logran recuperarse por la falta de precipitaciones sólidas en la cordillera de los andes.
La biodiversidad terrestre y marina también enfrenta riesgos sin precedentes por la desaparición de estos ecosistemas gélidos ya que el aporte de sedimentos y nutrientes hacia los fiordos y valles se ve alterado drásticamente. científicos señalan que la pérdida de masa glaciar genera cambios en la temperatura y composición química de las aguas lo que impacta la supervivencia de especies endémicas y la productividad de las tramas tróficas locales. a medida que los glaciares se retiran se forman lagunas proglaciares que aunque parecen naturales son señales de un sistema en desequilibrio que aumenta el riesgo de vaciamientos repentinos e inundaciones para las comunidades cercanas. la protección de estas áreas se ha vuelto una urgencia nacional para intentar mitigar los efectos de la megasequía y preservar el patrimonio ambiental de las futuras generaciones.

