Maximiliano Dávila, exjefe antidrogas de Bolivia, llega a Nueva York tras ser extraditado por vínculos con el crimen organizado
Maximiliano Dávila-Pérez, exjefe antidrogas durante el gobierno de Evo Morales en Bolivia, llegó hoy a Nueva York tras ser extraditado desde su país. Dávila enfrenta cargos federales por su supuesta participación en una conspiración para importar cocaína a Estados Unidos y por conspiración para usar y poseer ametralladoras. Esta misma tarde, realizará su comparecencia inicial ante una corte del Distrito Sur de Nueva York.
Según el fiscal del Distrito Sur de Nueva York, Damian Williams, Dávila abusó de su posición como jefe de la agencia antidrogas de Bolivia, colaborando con narcotraficantes a quienes se suponía debía investigar y arrestar. La directora de la DEA, Anne Milgram, afirmó que “como jefe de la agencia antinarcóticos de Bolivia, convirtió a las fuerzas del orden en una máquina de tráfico de cocaína, buscando inundar nuestras calles con veneno”.
La extradición de Dávila se enmarca en un patrón de procesos judiciales contra narcotraficantes y funcionarios latinoamericanos involucrados en el crimen organizado. Entre los casos más notorios en Nueva York se encuentran los de Joaquín “El Chapo” Guzmán, Genaro García Luna, y otros capos de la droga de México, Colombia y Honduras.
La extradición de Dávila, que fue autorizada por el Tribunal Supremo de Justicia de Bolivia a finales de noviembre, responde a los cargos de conspiración para importar cocaína, que podría acarrear una pena de hasta cadena perpetua, y conspiración para uso y posesión de ametralladoras, por la cual podría enfrentar entre 10 y 20 años de prisión. Además, en Bolivia, Dávila fue detenido en enero de 2022 bajo acusación de legitimación de ganancias ilícitas, un delito que conlleva una pena de entre 5 y 10 años de prisión.
Las autoridades bolivianas acusaron a Dávila de proteger a una red de narcotraficantes, algunos de los cuales fueron arrestados en Perú y Colombia. La DEA también tenía abierta una investigación sobre este grupo. En 2022, Estados Unidos ofreció una recompensa de cinco millones de dólares por información que condujera a su captura.
El expresidente Evo Morales ha comentado recientemente que el gobierno de Bolivia presiona a Dávila para que declare en su contra, aunque insistió en que la DEA no encontró evidencia que lo implicara en actividades ilegales. La extradición de Dávila a Estados Unidos envía un mensaje claro a aquellos que abusan de su poder, según señaló el fiscal Williams, quien remarcó que el alcance de la justicia estadounidense es global y no permitirá que los responsables de inundar el país con cocaína queden impunes.