Migrantes abandonan campamento en Ciudad Juárez tras rechazo violento de autoridades estadounidenses
Migrantes que permanecían en un campamento improvisado a orillas del río Bravo abandonaron el lugar este lunes, buscando refugios ante las bajas temperaturas de la temporada invernal. Algunos advirtieron que su próxima estrategia será intentar cruzar a Estados Unidos con el apoyo de traficantes de personas, conocidos como “polleros”.
El desalojo voluntario ocurrió días después de un incidente violento en la frontera. El pasado 18 de diciembre, agentes de la Patrulla Fronteriza y de la Guardia Nacional de Texas lanzaron gases lacrimógenos contra decenas de migrantes, en su mayoría venezolanos, que intentaban entregarse a las autoridades estadounidenses en la Puerta 36, un punto del muro fronterizo que divide Ciudad Juárez de El Paso, Texas.
Durante la confrontación, las autoridades estadounidenses usaron bocinas para emitir mensajes intimidantes como: “Regresen a México y a sus países”.
El fin del campamento
El campamento, que durante semanas albergó a cientos de migrantes con la esperanza de cruzar y solicitar asilo político, amaneció vacío este lunes. Los migrantes, muchos de los cuales argumentaron que huían de sus países de origen por temor a perder la vida, decidieron retirarse después de días de espera infructuosa.
Una situación desesperada
La disolución del campamento refleja la desesperación de quienes buscan refugio en Estados Unidos frente a la creciente militarización de la frontera y el endurecimiento de las políticas migratorias.
La llegada del invierno y las bajas temperaturas en la región han agravado la situación, obligando a los migrantes a buscar alternativas, como refugios temporales o, en algunos casos, métodos más peligrosos para intentar cruzar la frontera.
Contexto migratorio
La frontera norte de México enfrenta una creciente presión migratoria, exacerbada por las políticas restrictivas implementadas en ambos lados de la frontera. Estados Unidos ha intensificado las deportaciones y aumentado la presencia de fuerzas de seguridad en puntos críticos, lo que ha llevado a tensiones recurrentes en sitios como Ciudad Juárez.
Organismos de derechos humanos han denunciado que la violencia ejercida contra los migrantes viola tratados internacionales y pone en riesgo la vida de quienes huyen de la violencia y la pobreza en sus países de origen.
Mientras tanto, las comunidades fronterizas en México se enfrentan al reto de atender a una población migrante que sigue creciendo, en medio de recursos limitados y temperaturas cada vez más frías.