Migrantes en alerta: propuesta de impuesto del 5% a remesas desde EE.UU. causa preocupación masiva
La propuesta de imponer un impuesto del 5 por ciento a las remesas enviadas desde Estados Unidos ha generado profunda preocupación entre millones de migrantes, cuyas familias dependen de ese dinero para sobrevivir. La medida, incluida en el plan presupuestario impulsado por el presidente Donald Trump, se discute esta semana en la Cámara de Representantes y afecta a más de 40 millones de personas en territorio estadounidense.
Migrantes como María Lorenza Carrasco, una hondureña residente en Florida desde hace más de tres décadas, viven momentos de incertidumbre. Cada mes, Carrasco envía aproximadamente 1,300 dólares a sus hijas y a su hermano enfermo de cáncer en Honduras. Ahora teme no poder seguir brindando ese apoyo esencial.
“Imagínese, yo no gano mucho en este país, yo me sacrifico para mandarles el dinero. Esto me parte el alma”, dijo en entrevista con EFE.
Un impacto que cruza fronteras
El gravamen propuesto afectaría por igual a indocumentados, residentes permanentes con “green card” y titulares de visados temporales, de acuerdo con el Caucus Hispano del Congreso (CHC), que ha denunciado el carácter “regresivo” de la medida.
Aunque el impuesto es del 5 por ciento, los costos reales serían mucho mayores al sumarse a otras tarifas y cargos existentes. Según cálculos de BBVA México, el costo por enviar 350 dólares desde EE.UU. a México pasaría de 6 a 23.5 dólares. Esto representa una pérdida considerable para familias que dependen de cada centavo para cubrir necesidades básicas.
México, que recibió casi 65 mil millones de dólares en remesas durante 2024, es el segundo país del mundo que más dinero recibe de sus migrantes, mientras que en países como Honduras, Nicaragua y El Salvador, estos flujos representan cerca de una cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con el Banco Mundial.
Reacciones en América Latina
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, advirtió que la propuesta viola un tratado de doble tributación firmado en 1994, y exigió a Washington respetar los acuerdos internacionales. Desde Miami, el presidente de la Fundación 15 de Septiembre, Juan Flores, pidió a la mandataria hondureña Xiomara Castro que exija la retirada del impuesto.
“Vamos a superar los 10 mil millones de dólares enviados este año, pese a la incertidumbre y las redadas migratorias. Pero no vemos apoyo ni reciprocidad. Lo mínimo que merecemos es respeto”, señaló Flores.
“No somos ladrones, somos trabajadores”
Estados Unidos es el mayor emisor de remesas del mundo, concentrando aproximadamente una cuarta parte del flujo global, con más de 200 mil millones de dólares anuales enviados a otros países, según el Banco Mundial.
Dalila Gálvez, otra migrante hondureña que envía 300 dólares mensuales a su familia, lamenta que se pretenda castigar a quienes solo buscan una vida digna: “Nosotros trabajamos en el sol, nos partimos el lomo. No venimos a robar, venimos a ayudar a nuestras familias. Ese impuesto es un golpe bajo”.
Trump busca su aprobación antes de julio
El presidente Trump ha reiterado su intención de aprobar el presupuesto federal —que incluye este impuesto a las remesas— antes de julio. La medida es parte de su estrategia fiscal para aumentar los ingresos del Gobierno sin subir impuestos a los ciudadanos estadounidenses.
No obstante, organizaciones migrantes, economistas y gobiernos latinoamericanos coinciden en que este impuesto representa una amenaza directa a millones de hogares y podría desatar una crisis humanitaria en varios países que dependen de estas transferencias.
Mientras el Congreso debate la medida, millones de familias dentro y fuera de Estados Unidos viven con la angustia de perder su principal fuente de sustento.