VATICAN CITY (Vatican City State (Holy See)), 07/05/2025.- Faithful gather in St. Peter's Square on the first day of the conclave to elect the next pope, Vatican City, 07 May 2025. The security measures at the Vatican City has included the 'shielding' of the mobile network and data throughout the City State, to prevent the cardinal electors from coming into contact with the outside world and, therefore, to ensure that there is no influence on the vote. (Papa, Cardenal) EFE/EPA/ALESSANDRO DI MEO
Internacional

Miles acuden al Vaticano para presenciar la segunda fumata del cónclave

Una nueva jornada de expectativa se vivió este jueves en el Vaticano. Desde primeras horas de la mañana, unas 11 mil personas se congregaron en la Plaza de San Pedro y sus alrededores para presenciar la segunda fumata del cónclave que busca elegir al sucesor del papa Francisco. Sin embargo, el humo negro que salió de la chimenea de la Capilla Sixtina poco después del mediodía confirmó que aún no se ha alcanzado el consenso necesario entre los cardenales.

De acuerdo con la Jefatura de Policía de Roma, aproximadamente 10 mil personas se ubicaron dentro de la plaza, mientras que otras mil se aglomeraron en las calles adyacentes, donde el dispositivo de seguridad se mantuvo activo con numerosos agentes y controles establecidos por el proceso papal.

En el ambiente predominaban tanto la curiosidad como la devoción. Fieles de distintas nacionalidades, turistas con cámaras en mano y peregrinos esperanzados recorrieron las inmediaciones de San Pedro en una mezcla de fervor religioso y deseo de ser testigos de un momento histórico.

La jornada sucedió a una multitudinaria concentración la víspera, cuando entre 30 mil y 50 mil personas —según cifras de la policía y de medios vaticanos, respectivamente— acudieron a ver la primera fumata del cónclave, que también resultó negra tras más de tres horas de espera.

Mientras tanto, los 133 cardenales electores continúan encerrados en la Capilla Sixtina deliberando en estricto secreto. La mirada del mundo sigue puesta en Roma a la espera de la próxima señal de humo que anuncie, finalmente, si habrá un nuevo pontífice.