Estrella indiscutible del cine mundial y pionera del activismo animal, dejó una huella imborrable tanto en la pantalla como fuera de ella.
El cine francés y el movimiento internacional por los derechos de los animales están de luto. Brigitte Bardot, una de las figuras más influyentes del siglo XX, murió a los 91 años en su residencia La Madrague, ubicada en Saint-Tropez, al sur de Francia.
La noticia fue confirmada este domingo por la Fundación Brigitte Bardot, institución que la propia actriz fundó en 1986 y que desde entonces se convirtió en una referencia mundial en la defensa del bienestar animal
En un comunicado enviado a la Agence France-Presse, la organización expresó:
“Con inmensa tristeza anunciamos el fallecimiento de nuestra fundadora y presidenta, Madame Brigitte Bardot, actriz y cantante de renombre mundial, quien eligió abandonar su prestigiosa carrera para dedicar su vida y energía al bienestar animal”.
Aunque no se detallaron las causas ni la hora exacta del deceso, Bardot había enfrentado diversos problemas de salud en los últimos meses, con hospitalizaciones registradas entre octubre y noviembre.
Nacida en París el 28 de septiembre de 1934, Brigitte Bardot irrumpió en la escena cinematográfica durante la década de los cincuenta y alcanzó fama internacional con Y Dios creó a la mujer (1956), dirigida por Roger Vadim, quien entonces era su esposo. Aquella cinta la consagró como un símbolo de libertad, sensualidad y ruptura de normas, transformando para siempre la representación femenina en la pantalla grande.
A lo largo de su carrera participó en cerca de 50 películas, trabajando con grandes nombres del cine como Jean-Luc Godard en El desprecio (1963) y Louis Malle, consolidándose como musa artística y emblema de la Francia moderna.
En 1973, cuando aún se encontraba en la cima de su popularidad, Bardot tomó una decisión radical: abandonó definitivamente el cine a los 39 años para consagrar su vida a la defensa de los animales. Desde entonces lideró campañas contra la caza de focas, el maltrato animal y la experimentación en laboratorios, convirtiéndose en una figura pionera del activismo animalista a nivel mundial.
Su vida fuera de los reflectores también estuvo marcada por controversias y declaraciones políticas que generaron intensos debates tanto en Francia como en el extranjero, sin opacar el impacto de su legado.
El presidente francés Emmanuel Macron rindió homenaje a la actriz a través de redes sociales:
“Brigitte Bardot encarnaba una vida de libertad. Francia llora a una leyenda del siglo”.
Artistas, cineastas, activistas y figuras públicas de todo el mundo se han sumado a las muestras de reconocimiento hacia una mujer irrepetible, cuya influencia trascendió generaciones.
