Nace “Manos que Miran”
Un emprendimiento impulsado por mujeres con debilidad visual ha nacido en Guaymas bajo el nombre de Manos que Miran, anunció con orgullo Macaria Montoya, maestra del plantel Conalep y una de las impulsoras de este proyecto inclusivo y solidario.
Montoya explicó que, tras concluir un proceso de capacitación en el Instituto de Capacitación para el Trabajo del Estado de Sonora, un grupo de cuatro mujeres decidió unir esfuerzos y habilidades para iniciar un centro de masajes en el que ellas mismas ofrecen los servicios. “Somos personas que no vemos, mamás solteras y nos conocimos en el Icatson. Así nació nuestro emprendimiento”, relató con emoción.
El proyecto no sólo representa una fuente de ingresos para estas mujeres, sino también una oportunidad para reafirmar sus capacidades y romper con estigmas. “Queremos demostrar que las personas con discapacidad visual también podemos trabajar, emprender y ofrecer servicios de calidad”, expresó Macaria Montoya.
Dijo que los servicios de Manos que Miran son una variedad de masajes terapéuticos y relajantes para el público en general.
Entre las opciones que ofrecen mencionó, masaje piernas y pies cansados, masaje relajante antiestrés, descontracturante
Actualmente cuentan con la promoción especial em Masaje en piernas y pies cansados por 200 pesos y masaje de 1 hora por 350 pesos, que incluye una combinación de masaje antiestrés, relajante, masaje en piernas y pies, y masaje facial.
Las sesiones están disponibles previa cita y se realizan en un espacio adaptado para ofrecer comodidad, higiene y una experiencia profesional y humana.
Manos que Miran está en calle 11 entre avenidas 12 y 13, en la colonia Centro de Guaymas.
Para agendar una cita o pedir informes, las personas interesadas pueden comunicarse al número 622 145 0218.
El emprendimiento ha comenzado con el entusiasmo y la esperanza de quienes lo integramos, somos mujeres que hemos enfrentado la vida con fortaleza, que hemos decidido salir adelante y que hoy invitamos a la comunidad a confiar en nosotras, en nuestra capacidad y en nuestras manos que miran, finalizó Macaria.