Papa Francisco pide a religiosos de Papúa Nueva Guinea ocuparse de los marginados
El papa Francisco reconforta a los católicos de Papúa Nueva Guinea y los anima a atender a los marginados
Durante una visita a Papúa Nueva Guinea, el papa Francisco se reunió con religiosos y religiosas en el santuario de María Auxiliadora, ubicado en la capital, Port Moresby. El papa los alentó a no perder la fe a pesar de las dificultades que enfrentan y los instó a dedicarse a las personas marginadas y olvidadas de la sociedad.
En su mensaje, Francisco aseguró a los presentes: “No están solos”, recordándoles que su labor está acompañada por la acción de Dios. “Seguimos adelante, sin miedo, sabiendo que no estamos solos”, afirmó el pontífice, mientras los religiosos lo recibían con entusiasmo. Cientos de fieles católicos, muchos de ellos ataviados con trajes tradicionales, llegaron desde distintas partes del país para ver pasar al papa, en un ambiente festivo lleno de cantos y bailes.
Dentro del templo, Francisco destacó la importancia de atender a los sectores más desfavorecidos, tanto en áreas urbanas como en las zonas más remotas, donde la falta de recursos es un problema grave. Papúa Nueva Guinea es uno de los países más pobres del mundo, solo superado por algunos de África Subsahariana, lo que resalta la importancia del mensaje del papa de atender a los más vulnerables.
El pontífice pidió a los religiosos dedicar su trabajo a las personas “marginadas y heridas, tanto moral como físicamente”, y reconoció el riesgo que muchas veces implica esta misión. Durante el evento, la religiosa suiza Lorena Jenal compartió su experiencia en la ‘Casa de la Esperanza’ en la diócesis de Mendi, donde ofrece refugio a personas acusadas de brujería, resaltando el impacto de la labor misionera en las comunidades más vulnerables.
Francisco concluyó su discurso animando a los fieles a “sembrar pequeñas semillas de bien”, asegurando que, aunque las acciones puedan parecer pequeñas, Dios las hará florecer. También los instó a continuar evangelizando “con paciencia” y sin dejarse desanimar por las dificultades.
Entre los asistentes estaba la religiosa española Fátima Benito, quien relató cómo cientos de fieles viajaron desde Alotau, algunos durante días y bajo condiciones difíciles, para ver al papa. “Para nosotros significa todo, como un renacer de las cenizas”, dijo, destacando la enorme ilusión de la comunidad local por la visita papal.