Políticas migratorias de Trump impactan a la economía de EE.UU. con despidos masivos y obras paralizadas
La política migratoria del presidente Donald Trump está generando un impacto negativo en sectores clave de la economía estadounidense, como la agricultura, la construcción y la industria alimentaria. A pesar de que el Gobierno insiste en que las redadas están dirigidas exclusivamente a indocumentados, empresarios y activistas denuncian que las medidas están afectando a trabajadores con diferentes estatus migratorios, provocando despidos masivos, paralización de granjas y retrasos en obras.
Matt Teagarden, director ejecutivo de la Asociación de Ganaderos de Kansas, expresó a EFE su preocupación por la falta de mano de obra en el sector. “Perdiendo más de la mitad de la fuerza de trabajo en horas, no hay manera de operar un negocio”, afirmó. La escasez de personal no se limita a los indocumentados, ya que el miedo a las redadas está haciendo que incluso trabajadores con permisos de estadía se escondan para evitar ser detenidos junto a sus familiares sin documentos.
La situación se repite en el sector de la construcción. Jim Tobin, presidente de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas, reportó ausencias en los equipos de trabajo a nivel nacional, lo que retrasa las obras y eleva los costos.
Expertos advierten que estas políticas podrían frenar el crecimiento económico del país. Un estudio del Banco de la Reserva Federal de Dallas sugiere que las restricciones migratorias de Trump reducirán el crecimiento económico en casi un punto porcentual este año. Stuart Anderson, de la National Foundation for American Policy, señala que “si se quiere tener una economía en crecimiento, se necesita una fuerza laboral en crecimiento”.
Activistas como Cristóbal Cavazos, del Immigrant Solidarity, denuncian que las empresas están aprovechando el miedo para despedir a trabajadores con décadas de antigüedad sin la compensación adecuada. En Elgin, Illinois, una fábrica despidió a 300 personas tras una llamada del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Grandes corporaciones como Disney, Walmart, Amazon y Nestlé también han cedido a la presión federal, despidiendo a cientos de empleados con estatus legal temporal e incluso a indocumentados que habían trabajado para ellos por años, lo que agrava aún más el problema de la escasez de mano de obra.