Putin logra victoria sobre Occidente con acuerdo de gas muy beneficioso para China
PEKÍN – El presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, firmaron un preacuerdo para la construcción de un nuevo gasoducto, el “Fuerza de Siberia-2”, que consolidará a China como un cliente clave para el gas ruso. El pacto, calificado como una “gran victoria” para Putin, representa un revés para el presidente de EE.UU., Donald Trump, quien ha intentado frenar las importaciones de energía rusa con aranceles y amenazas, argumentando que financian la guerra en Ucrania.
Detalles del acuerdo
El presidente de Gazprom, Alexéi Miller, y la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) firmaron el “memorando jurídicamente vinculante” en presencia de ambos mandatarios. El gasoducto transportará 50,000 millones de metros cúbicos de gas anuales desde la península de Yamal, en el Ártico, a través de Mongolia, cuyo líder, Ukhnaa Khurelshukh, también estuvo presente en la firma.
Además del nuevo gasoducto, ambas partes acordaron aumentar los suministros por las rutas existentes, lo que elevará el total de exportaciones rusas a China a 106,000 millones de metros cúbicos al año. Miller afirmó que el proyecto es “el más grande y con mayor inversión en el sector gasístico mundial” y que los pagos se realizarán 50% en rublos y 50% en yuanes.
Aunque el precio del gas no se reveló, Miller indicó que los costos para China serán “objetivamente más baratos” que para Europa debido a la menor distancia de transporte, lo que hace que el acuerdo sea económicamente muy ventajoso para Pekín.
Un puente energético ante la inestabilidad
La decisión de acelerar la construcción del gasoducto se tomó en mayo, lo que demuestra que Rusia ya buscaba alternativas al mercado europeo desde antes del conflicto en Ucrania. Según algunos expertos, el interés de China en asegurar los suministros rusos se ha intensificado debido a la inestabilidad en Medio Oriente y el antagonismo entre Irán e Israel. Otros analistas señalan que las presiones de la administración de Donald Trump precipitaron la decisión de Pekín de concretar el acuerdo.