Reducen a tres los desaparecidos por inundaciones en Texas; continúa la búsqueda en el río Guadalupe
El número de personas desaparecidas tras las devastadoras inundaciones que azotaron Texas durante el fin de semana festivo del 4 de julio ha disminuido drásticamente, pasando de más de 160 a solo tres, informó este domingo el Centro de Información Conjunta sobre Desastres por Inundaciones del Condado de Kerr.
En un comunicado emitido por las autoridades de Kerrville, ciudad ubicada a unos 95 kilómetros al noroeste de San Antonio, se indicó que el descenso en la cifra se logró “mediante un extenso trabajo de seguimiento entre agencias estatales y locales”, el cual permitió verificar que decenas de personas previamente reportadas como desaparecidas se encuentran con vida.
Un esfuerzo masivo de coordinación
El alcalde de Kerrville, Dalton Rice, agradeció el trabajo de más de mil personas entre socorristas, cuerpos de emergencia, personal estatal y federal que han participado en la respuesta al desastre.
“Gracias a sus extraordinarios esfuerzos, el número de personas dadas por desaparecidas se ha reducido de más de 160 a tres”, señaló Rice.
Las operaciones de rescate y localización continúan enfocadas en la cuenca del río Guadalupe, el área más afectada por las riadas repentinas que devastaron esta región conocida como Hill Country, una zona montañosa y turística de Texas.
Camp Mystic, epicentro de la tragedia
Uno de los puntos más golpeados por la catástrofe fue Camp Mystic, un campamento cristiano para niñas ubicado en una zona baja del río Guadalupe. Ahí se registró la muerte de al menos 27 personas, entre ellas menores de edad y monitoras.
En total, las inundaciones dejaron 135 muertos en todo Texas, de los cuales 107 fallecimientos se concentraron en el Condado de Kerr. Al menos 36 de las víctimas eran menores, según los últimos reportes de las autoridades.
Persisten las lluvias y el riesgo
A pesar de algunas lluvias esporádicas en la región durante los últimos días, los equipos de rescate han continuado con las labores, utilizando drones, botes, perros rastreadores y maquinaria especializada para recorrer áreas anegadas y zonas de difícil acceso a lo largo del río.
Las autoridades han pedido a la población mantenerse alerta y colaborar en las tareas de identificación de víctimas y apoyo a los sobrevivientes.
El desastre, uno de los peores en la historia moderna del estado, ha puesto en evidencia las vulnerabilidades de infraestructura en zonas ribereñas y ha reavivado el debate sobre la preparación ante eventos climáticos extremos en Estados Unidos.