Robert F. Kennedy Jr. promete encontrar la “toxina ambiental” detrás del aumento del autismo en EE.UU.
El secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., afirmó este miércoles que el Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición prevenible y se comprometió a identificar la “toxina ambiental” que, según él, estaría detrás del aumento de casos en el país.
“Los genes no causan epidemias. Pueden generar vulnerabilidad. Se necesita una toxina ambiental”, declaró Kennedy durante un acto público, de acuerdo con reportes de NBC News. El funcionario no presentó estudios científicos que respalden su afirmación, y sus declaraciones contradicen la evidencia médica ampliamente aceptada hasta ahora.
Sus dichos llegan un día después de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) publicaran un informe oficial que confirma un incremento sostenido en las tasas de diagnóstico de autismo infantil en Estados Unidos. No obstante, los expertos atribuyen ese aumento a una mayor concienciación pública, avances diagnósticos y cambios en los criterios clínicos, y no a causas ambientales específicas.
Kennedy, sin embargo, desestimó estas explicaciones: “Sabemos que es una exposición ambiental. Tiene que serlo”, insistió.
El secretario anunció que en las próximas tres semanas lanzará una serie de estudios federales con el objetivo de identificar los elementos tóxicos que, según él, estarían provocando el incremento de casos. “Sabemos cuáles son las cifras históricas y sabemos cuáles son las cifras actuales, y es hora de que todos dejen de atribuir esto a esta ideología de negacionismo epidémico”, añadió.
La comunidad científica ha reaccionado con cautela ante sus declaraciones, recordando que no existe hasta la fecha evidencia concluyente que relacione una toxina ambiental específica con el origen del autismo, y que el uso del término “epidemia” es erróneo desde una perspectiva médica.
Kennedy, conocido por sus posturas controversiales en temas de salud pública, ha sido criticado anteriormente por promover teorías desacreditadas sobre vacunas y su relación con el autismo, un vínculo que la ciencia ha descartado de manera reiterada.