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Rusia advierte sobre su capacidad de ataque mientras Ucrania lanza misiles de largo alcance en Kursk

Moscú,- A pesar de los recientes ataques rusos a un consorcio militar en Dnipró, Ucrania ha respondido lanzando misiles de largo alcance Atacms fabricados en Estados Unidos contra instalaciones militares en la región de Kursk, en el suroeste de Rusia. La situación, según el Ministerio de Defensa de Rusia, está bajo control, aunque la administración rusa ha adelantado que se preparan medidas de respuesta sin especificar detalles ni tiempos.

Ataques ucranianos en Kursk

El gobierno ruso informó que, entre el 23 y 25 de noviembre, las fuerzas ucranianas dispararon al menos 13 misiles de largo alcance Atacms contra posiciones militares rusas. El 23 de noviembre, cinco misiles fueron lanzados contra una división de cohetes antiaéreos S-400 cerca de Lotariovka, a unos 37 kilómetros de la ciudad de Kursk. El 25 de noviembre, ocho misiles fueron disparados contra el aeropuerto Vostochny de Kursk, donde se encuentra la base aérea de Jalino. Aunque los sistemas de defensa aérea rusos interceptaron 10 de los misiles, uno logró alcanzar su objetivo. Si bien Rusia no suele admitir bajas o daños significativos, en esta ocasión reconoció que el ataque causó víctimas y daños a la infraestructura.

Respuesta rusa con drones y misiles Iskander-M

El ejército ruso, por su parte, intensificó sus ataques durante la madrugada del martes 27 de noviembre, lanzando un récord de 188 drones hacia Ucrania. De acuerdo con el parte de guerra diario de la fuerza aérea ucraniana, 76 drones fueron derribados, mientras que otros se desviaron debido a las interferencias electrónicas ucranianas. Además, Rusia disparó cuatro misiles balísticos Iskander-M, que no fueron interceptados, causando daños en infraestructuras críticas, aunque no se reportaron víctimas mortales.

Los analistas militares indican que Rusia está utilizando lanzamientos masivos de drones para agotar las reservas de misiles antiaéreos ucranianos, mientras que Ucrania recurre cada vez más a medios electrónicos para conservar municiones y proteger su defensa aérea.

Avances y situación en el frente de guerra

En cuanto al frente de guerra, los avances rusos en las regiones de Donietsk y Lugansk siguen siendo limitados. De acuerdo con estimaciones basadas en imágenes satelitales de la plataforma ucraniana DeepState, en noviembre las fuerzas rusas han conquistado cerca de 600 kilómetros cuadrados, principalmente en Donietsk, mientras se preparan para avanzar más antes de la llegada del invierno, que podría ralentizar las operaciones. Por su parte, las tropas ucranianas siguen controlando cerca de 800 kilómetros cuadrados de la región rusa de Kursk, que invadieron en agosto, aunque han tenido que retirarse de 400 kilómetros cuadrados.

Preparativos rusos para una nueva ofensiva

El comandante en jefe del ejército ucraniano, Oleksander Syrskyi, señaló que las fuerzas rusas están concentrando tropas en la frontera para lanzar una nueva ofensiva, especialmente en la zona de Donietsk y Zaporiyia. Expertos de ambos bandos han especulado sobre cómo podría el ejército ruso utilizar su contingente de 130,000 soldados en esta nueva fase del conflicto, en la que algunos creen que podría haber un intento de rodear el bastión ucraniano de Pokrovsk, mientras que otros apuntan a una posible ofensiva para intentar tomar Zaporiyia, aunque esta última opción parece ser una tarea compleja y costosa debido a la necesidad de cruzar el río Dniéper.

Perspectivas y tensiones crecientes

La creciente tensión en el frente de guerra, junto con los continuos intercambios de ataques de largo alcance y la intensificación del uso de drones, refleja la escalada del conflicto. Con la llegada del invierno y el endurecimiento de las condiciones meteorológicas, tanto Ucrania como Rusia se preparan para nuevas ofensivas que podrían redefinir el curso de la guerra en los próximos meses.