Senado aprueba la integración de la Guardia Nacional a la Sedena

Ciudad de México — El Senado de la República aprobó la madrugada de este miércoles el dictamen que transfiere el control de la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), tras una prolongada discusión que inició el martes. Esta reforma, impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, será remitida a él para su publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF), consolidando así la integración de la GN bajo mando militar.

Con 86 votos a favor, 42 en contra y ninguna abstención, la iniciativa fue aprobada en lo general y en lo particular por los senadores de Morena y sus aliados. Durante el proceso, todas las reservas propuestas por la oposición fueron desechadas sin debate, lo que llevó a la aprobación definitiva alrededor de las 6:30 AM.

El trasfondo de la reforma
La modificación incluye cambios clave a los artículos 21 y 129 de la Constitución. Uno de los cambios más destacados es la eliminación de la “garantía orgánica”, la cual establecía que las instituciones de seguridad pública debían ser de carácter civil. Además, la reforma afecta el artículo 129, que limitaba las funciones militares en tiempos de paz, una disposición que permanecía inalterada desde 1857.

A partir de ahora, la Guardia Nacional, con más de 120,000 agentes, será administrada por la Sedena. Aunque originalmente fue creada como un cuerpo de seguridad civil en 2019, su personal será de origen militar con formación policial. Asimismo, la GN ejecutará la Estrategia Nacional de Seguridad Pública y sus agentes estarán adscritos al ámbito militar.

Posturas a favor y en contra
El debate en el Senado fue tenso y se centró en temas de seguridad, militarización y derechos humanos. El senador morenista Omar García Harfuch, quien dejará su cargo para integrarse al gabinete de Claudia Sheinbaum como Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, defendió la reforma argumentando que es crucial para fortalecer las instituciones de seguridad y garantizar la continuidad de las políticas de seguridad pública.

Por su parte, Ricardo Anaya, senador del Partido Acción Nacional (PAN), criticó la medida al señalar que los homicidios en México han aumentado junto con la militarización de la seguridad pública. Según Anaya, la estrategia actual no ha logrado pacificar al país, y propuso como alternativa el fortalecimiento de una fuerza civil federal y de las policías estatales y municipales.

El senador Alejandro Murat, de Morena, defendió la reforma señalando que se trata de una fuerza mixta en su naturaleza jurídica, con personal militar capacitado para funciones policiales, pero bajo la dirección de la autoridad civil.

Sin embargo, desde la bancada de Movimiento Ciudadano, el senador Luis Donaldo Colosio expresó su preocupación por lo que considera el abandono del modelo de seguridad ciudadana. Argumentó que los elementos militares, en ocasiones, han estado involucrados en violaciones de derechos humanos, y que se está creando una nueva élite militar con creciente poder económico y político.

Repercusiones internacionales y el rechazo de la oposición
Diversos organismos nacionales e internacionales han advertido que esta reforma acelera la militarización del país. La senadora priista Claudia Anaya recordó que, en 2019, la oposición apoyó la creación de la Guardia Nacional como un cuerpo civil, con carácter temporal y subordinado. Advirtió que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha dictaminado que los cuerpos militares no deben estar a cargo de tareas de investigación.

Por su parte, el presidente López Obrador ha negado que esta reforma implique “militarismo” o “represión”, defendiendo que su objetivo es fortalecer la seguridad pública y combatir la violencia en el país.

Con la aprobación de esta reforma, la Guardia Nacional quedará plenamente bajo el control de la Sedena, marcando un punto crucial en la estrategia de seguridad del gobierno actual.