Sheinbaum endurece control de armas: prohíbe impresiones 3D y blinda uso exclusivo militar
La presidenta Claudia Sheinbaum emitió un decreto de reforma a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos que modifica más de un centenar de artículos, con el objetivo de reforzar el control sobre armas ilegales y equipamiento táctico no autorizado. Las medidas fueron publicadas este miércoles en el Diario Oficial de la Federación.
Entre los cambios más relevantes destaca la prohibición expresa de armas fabricadas con impresoras 3D, así como aquellas de tipo “hechizo” o artesanal. También se prohíbe el uso de vehículos particulares blindados con adaptaciones para portar armamento, y se restringe de manera estricta el uso de accesorios tácticos, como miras térmicas, láseres o visores nocturnos, si no están vinculados con actividades deportivas autorizadas.
La reforma también refuerza el papel de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que ahora podrá autorizar el uso de armamento reservado para la guerra —como ametralladoras calibre .50 o granadas— solo bajo justificación de necesidad y a funcionarios públicos nacionales o extranjeros, en visitas oficiales y bajo principios de reciprocidad internacional.
Estas autorizaciones quedarán limitadas a armas cortas semiautomáticas de calibre no mayor a .40, y serán tramitadas por la Secretaría de Relaciones Exteriores con al menos 15 días de anticipación.
El decreto refuerza el monopolio del Estado sobre armamento avanzado, dejando exclusivamente en manos de las fuerzas armadas el uso de proyectiles especiales, lanzagranadas, minas, bombas y armamento de gran calibre. Además, se prohíbe la fabricación o modificación de armas semiautomáticas para volverlas automáticas, incluso si se hacen de manera casera o con tecnología tridimensional.
Las empresas de seguridad privada también enfrentarán mayores restricciones: si su licencia colectiva es cancelada, deberán entregar su armamento a instalaciones militares en un plazo máximo de 15 días hábiles, y tendrán 45 días para deshacerse legalmente de las armas bajo el reglamento vigente.
Se establece también que las licencias de portación son intransferibles y serán canceladas en caso de incumplimiento, sin perjuicio de otras sanciones. Asimismo, la creación de fábricas o comercios de armas quedará como facultad exclusiva de la Presidencia de la República.
La reforma redefine lo que se considera un arma de fuego, incluyendo ahora dispositivos que operen con aire comprimido o gases inertes y que generen una energía cinética mayor a 140 Joules.
Por último, se formaliza la creación del Registro Federal de Armas de Fuego y Control de Explosivos, bajo control de la Sedena, y se obliga a los tres niveles de gobierno a desarrollar campañas permanentes de cultura de paz y desarme, que incluyan información sobre los riesgos de explosivos, pirotecnia y químicos peligrosos.
El decreto refuerza el control estatal sobre las armas en México, en un contexto de creciente violencia armada, tráfico ilegal y amenazas del crimen organizado.