Internacional

Sudán del Sur confirma llegada del mexicano Jesús Muñoz y otros siete migrantes deportados por EU

La Corte Suprema de Estados Unidos reactivó el pasado 3 de julio las expulsiones exprés a terceros países en casos de migrantes con antecedentes penales graves, decisión que ha generado cuestionamientos legales y diplomáticos.

En este contexto, el gobierno de Sudán del Sur confirmó la llegada de ocho migrantes deportados desde Estados Unidos, entre ellos el mexicano Jesús Muñoz Gutiérrez, detenido desde mayo y condenado a cadena perpetua por asesinato en segundo grado en Florida.

Las personas arribaron el 5 de julio al Aeropuerto Internacional de Yuba y actualmente están bajo supervisión de las autoridades sudanesas, conforme a la legislación nacional e internacional, informó el Ministerio de Asuntos Exteriores de ese país.

Jesús Muñoz fue identificado por las autoridades estadounidenses como un miembro “sin rango” de la pandilla “Brown Pride”. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) lo detuvo el 12 de mayo y fue deportado junto con otros siete migrantes provenientes de Cuba, Laos, Myanmar y Sudán del Sur.

La portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Tricia McLaughlin, defendió las deportaciones y criticó los retrasos judiciales que, según dijo, “pusieron en peligro a nuestras fuerzas del orden”.

Estos migrantes estaban retenidos en una base militar estadounidense en Yibuti, luego de que un juez federal suspendiera las deportaciones a terceros países por falta de notificación previa y oportunidad de apelación.

Sin embargo, el Tribunal Supremo levantó el bloqueo en junio, ratificando la decisión con siete votos a favor y dos en contra, dejando sin recursos legales a los migrantes deportados.

Sudán del Sur señaló que la aceptación de los deportados forma parte de su compromiso con la cooperación internacional y la responsabilidad humanitaria, y destacó sus vínculos históricos y políticos con los países de origen de algunos deportados.

La medida se da en un momento de estrecha colaboración entre Washington y Yuba en temas de seguridad y asuntos consulares, aunque el gobierno sudanés no abordó públicamente las preocupaciones respecto a los antecedentes penales de los migrantes.

Cabe recordar que Sudán del Sur es considerado el país más pobre del mundo y atraviesa una situación de tensiones políticas crecientes.

Desde su retorno a la Casa Blanca en enero, el presidente Donald Trump ha impulsado las expulsiones rápidas como parte de una campaña para aumentar las deportaciones, lo que ha generado críticas por posibles violaciones a derechos básicos, incluyendo el debido proceso.