Suman 7 muertos por incendios en Portugal; se devastan 10 mil hectáreas

¡Tuvimos tanto miedo! relata con lágrimas en los ojos Maria Ribeiro, una jubilada de 82 años que vive en Busturenga, un pequeño pueblo cercano a Albergaria-a-Velha, en el norte de Portugal. Su comunidad ha sido una de las más afectadas por los vastos incendios forestales que azotan la región y que ya han dejado un saldo de siete fallecidos y cerca de 10 mil hectáreas devastadas.

“Se quemaron todas mis tierras… tuve suerte de que mi casa no se vio afectada”, dijo Ribeiro, visiblemente afectada. “Tuvimos mucho miedo… nadie vino a socorrernos”.

El país vive una de las temporadas de incendios más devastadoras de las últimas décadas. En respuesta, Portugal ha movilizado más de 3,700 bomberos para hacer frente a las llamas, y ha solicitado apoyo internacional. A pesar de los esfuerzos, el comandante nacional de protección civil, André Fernandes, confirmó que el número de fallecidos ha ascendido a siete, incluidas tres muertes de bomberos que quedaron atrapados por el fuego mientras combatían un incendio cerca de Nelas, en la región de Viseu.

Los incendios, alimentados por fuertes vientos y temperaturas que superan los 30 ºC, han sido especialmente destructivos en la región de Aveiro, donde se encuentran aldeas como la de Maria Ribeiro. En Albergaria-a-Velha, un joven brasileño de 28 años que trabajaba en una empresa forestal murió el lunes, y otros dos residentes de la zona fallecieron tras sufrir crisis cardíacas, mientras un bombero voluntario falleció de forma repentina durante un descanso el domingo.

Los lugareños, abrumados por el miedo, lucharon con desesperación para salvar lo que pudieron. Maria do Carmo Carvalho, de 70 años, intentó sofocar las llamas junto a su familia para proteger sus aves de corral. “Nunca vi nada semejante”, dijo con los ojos irritados por el humo, recordando el caos del lunes.

Hasta el momento, Portugal ha logrado movilizar cerca de mil vehículos, junto con una veintena de aviones y helicópteros, gracias a la ayuda de países vecinos como España, Francia, Italia y Grecia, que han enviado aviones para apoyar en la extinción de los incendios.

El fuego ha dejado al menos 40 heridos, incluidos 33 bomberos. La situación, según las autoridades, sigue siendo crítica, ya que más de 50 focos permanecen activos en todo el país.

Los expertos advierten que la intensidad y frecuencia de estos incendios están relacionadas con el cambio climático. La Península Ibérica, particularmente vulnerable al calentamiento global, sufre cada vez más olas de calor prolongadas y sequías, factores que facilitan la propagación de incendios. Según los lugareños, no habían visto un fuego de tal magnitud en más de dos décadas. Maria Fátima, de 67 años, describió la escena con angustia: “El fuego rodeó el pueblo, y los aviones no podían volar debido al humo. Me refugié en mi casa, nunca vi nada parecido”.

Portugal sigue en estado de alerta máxima mientras lucha por controlar esta catástrofe ambiental que ha dejado una profunda huella en su gente y su tierra.