Trump cumple su amenaza de duplicar arancel al acero y aluminio pero exime a Reino Unido
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que el Reino Unido quedará temporalmente excluido del incremento arancelario que entrará en vigor este miércoles y que eleva del 25 al 50% los impuestos a las importaciones de acero y aluminio.
La decisión se formalizó a través de una orden ejecutiva, en la que se argumenta que la exclusión busca respetar el acuerdo bilateral firmado con Londres el pasado 8 de mayo, en el que ambos países se comprometieron a colaborar para combatir el exceso de capacidad siderúrgica global.
Sin embargo, la medida no es definitiva. Trump ordenó que el próximo 9 de julio se evaluará si el Reino Unido ha cumplido con los términos del acuerdo, y se analizará si debe aplicarse también a ese país el aumento arancelario.
“Es necesario permitir la implementación del acuerdo con el Reino Unido y otorgarle, por ahora, un tratamiento distinto”, se lee en el documento firmado por el mandatario.
Aunque la versión británica del pacto había asegurado que el arancel del 25% sobre el acero sería eliminado por completo, la cadena BBC aclaró este martes que dicho compromiso aún no ha entrado en vigor formalmente.
La medida arancelaria, según Trump, tiene el propósito de proteger la seguridad nacional y la competitividad de la industria siderúrgica estadounidense, sectores que, a su juicio, siguen en riesgo pese a los gravámenes previos.
“Los aranceles del 25% ayudaron a sostener los precios, pero no han sido suficientes para que la industria mantenga niveles de producción que garanticen la fortaleza nacional ni nuestras necesidades de defensa”, afirmó.
El aumento arancelario afectará a la mayoría de los socios comerciales de EE.UU., incluidos Canadá, México, Brasil, Corea del Sur, Vietnam y China, este último segundo mayor proveedor de aluminio para la economía estadounidense.
La Casa Blanca justificó la medida argumentando que aún hay países que “inundan” el mercado estadounidense con excedentes de acero y aluminio a bajo costo, perjudicando a los productores locales y debilitando la capacidad productiva crítica para la defensa nacional.
El Gobierno estadounidense ha endurecido su política comercial desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, y ha señalado su intención de redefinir sus relaciones económicas globales bajo criterios de “interés nacional y seguridad estratégica”.