Trump paraliza la ayuda internacional: países pobres enfrentan crisis por falta de medicamentos esenciales
El gobierno de Donald Trump ha ordenado la suspensión inmediata del suministro de medicamentos vitales contra el VIH, la malaria y la tuberculosis, así como de suministros de salud materno-infantil en países que dependen de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). La medida, parte de un congelamiento general de ayuda internacional, ha generado alarma entre expertos y organizaciones de salud global.
Memorandos de paralización
El martes, contratistas y socios de USAID comenzaron a recibir notificaciones que les instruyen detener operaciones inmediatamente. Una de las empresas afectadas es Chemonics, una consultora estadounidense clave en el suministro de medicamentos y servicios médicos en diversos países.
El memorando detalla que las suspensiones afectan programas de tratamiento de VIH, malaria, tuberculosis, anticonceptivos y atención materno-infantil.
“Esto es catastrófico”, declaró Atul Gawande, exjefe de salud global de USAID. “Los suministros de medicamentos donados mantienen con vida a 20 millones de personas que viven con el VIH. Eso se acaba hoy”.
Impacto global
Las interrupciones en los tratamientos ponen en riesgo la vida de millones de personas y podrían provocar la aparición de cepas resistentes a los medicamentos, especialmente en el caso del VIH. Además, la medida afectará a organizaciones que brindan apoyo a 6.5 millones de huérfanos y niños vulnerables en 23 países.
Incluso si los medicamentos ya se encuentran en stock, las clínicas financiadas por Estados Unidos no podrán abrir ni distribuirlos, de acuerdo con las restricciones impuestas.
Un golpe a la ayuda humanitaria
El congelamiento, que incluye una pausa de 90 días en la ayuda al desarrollo, fue ordenado por Trump el mismo día de su toma de posesión, el 20 de enero, mientras se realiza una evaluación de eficiencia y alineamiento con los intereses de la política exterior de EE.UU.
La administración también ha puesto en excedencia a 60 altos funcionarios de carrera de USAID, lo que podría retrasar aún más las operaciones humanitarias.
En el año fiscal 2023, Estados Unidos destinó 72,000 millones de dólares a ayuda internacional, representando el 42% de toda la ayuda registrada por las Naciones Unidas en 2024. Este congelamiento pone en riesgo no solo la continuidad de estos programas, sino también la estabilidad sanitaria y social de los países más pobres del mundo.
Reacciones y críticas
Expertos en salud global han condenado la medida por sus potenciales consecuencias devastadoras. “Esta decisión no solo pone en peligro vidas, sino que también amenaza los avances logrados en la lucha contra enfermedades globales”, advirtieron en un comunicado organizaciones internacionales de salud.
Chemonics y USAID no han emitido comentarios al respecto, mientras el mundo observa con preocupación el futuro de la ayuda humanitaria bajo la administración Trump.