Trump reitera aniquilación total de sitios nucleares iraníes pese a informes contradictorios
Durante una conferencia conjunta celebrada en el marco de la cumbre de la OTAN, el expresidente de Estados Unidos reafirmó su declaración de que los recientes bombardeos sobre instalaciones nucleares iraníes lograron una “aniquilación total” de su capacidad atómica. Aseguró que la operación, lanzada a principios de junio tras ataques atribuidos a Irán contra intereses israelíes y estadounidenses, fue “quirúrgica y definitiva”.
Sin embargo, informes técnicos internos habrían comenzado a circular dentro del Departamento de Defensa indicando que los daños no fueron tan decisivos como se proclamó públicamente. De acuerdo con esos análisis preliminares, la capacidad de enriquecimiento de uranio de Irán solo se habría retrasado entre tres y seis meses, sin eliminar completamente sus centrifugadoras clave ni sus reservas de material nuclear.
Trump desestimó estos reportes durante su intervención, calificándolos de “desinformación de burócratas” y comparó la operación con el bombardeo de Hiroshima, aludiendo a que “a veces se necesitan acciones definitivas para poner fin a las amenazas globales”. Añadió que “Irán entendió el mensaje” y que gracias a ello se alcanzó el alto el fuego con Israel, aunque admitió que se han producido “pequeñas violaciones” del mismo.
En círculos diplomáticos internacionales, esta discrepancia entre la narrativa oficial y los hallazgos técnicos ha generado preocupación sobre la transparencia y las verdaderas intenciones detrás de la operación. Analistas advierten que la sobreestimación pública de los daños podría tener efectos adversos, incentivando a Irán a acelerar en secreto su programa como represalia o como medio de disuasión.
Mientras tanto, funcionarios militares estadounidenses guardaron silencio ante las preguntas sobre la precisión del ataque. Solo confirmaron que se trató de una ofensiva aérea “limitada, de alcance táctico”, lo que refuerza las dudas sobre si fue realmente capaz de desmantelar un programa nuclear que lleva más de dos décadas de desarrollo.
En Irán, las autoridades aún no han permitido la entrada de inspectores internacionales en los sitios bombardeados, alegando motivos de seguridad. Las imágenes satelitales disponibles muestran daños visibles en al menos tres complejos industriales, pero no permiten evaluar con certeza la magnitud de la destrucción interna.
El clima en la región sigue siendo tenso, y varios gobiernos vecinos han alertado sobre la posibilidad de represalias o nuevas escaladas si no se logra una desescalada controlada y verificable. El Consejo de Seguridad de la ONU prevé reunirse en las próximas horas para discutir el impacto regional del ataque y los pasos a seguir.