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Trump sugiere que el aumento del autismo se debe a vacunas, colorantes y pesticidas, sin pruebas científicas

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a agitar este jueves teorías ampliamente refutadas por la comunidad científica al atribuir el aumento de los casos de autismo en el país a factores como vacunas, colorantes, aditivos alimentarios y pesticidas. Sus declaraciones se produjeron durante un evento de la Comisión Make America Healthy Again (MAHA), un organismo creado durante su nueva Administración para “investigar amenazas a la salud pública”.

“Antes era 1 caso sobre 10 mil, y ahora es 1 de cada 31. Creo que es algo terrible. Tiene que ser algo externo, tiene que ser inducido artificialmente”, dijo Trump, haciendo referencia al aumento de diagnósticos de trastorno del espectro autista (TEA) en el país, aunque no citó una fuente confiable para su cifra más baja.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la prevalencia del autismo en niños estadounidenses ha aumentado de 1 de cada 150 en el año 2000 a 1 de cada 31 en la actualidad. Sin embargo, los especialistas coinciden en que este crecimiento responde a mejoras en el diagnóstico, mayor conciencia y cambios en los criterios clínicos, no a causas ambientales desconocidas.

Afirmaciones sin respaldo
Durante el evento, Trump presentó el nuevo informe de la Comisión MAHA, que responsabiliza a alimentos ultraprocesados, químicos ambientales, pantallas digitales y vacunas infantiles como posibles responsables de lo que calificó como un “deterioro alarmante” de la salud infantil.

En sus 69 páginas, el informe plantea vínculos no demostrados científicamente entre el autismo, el TDAH, la obesidad y el uso de colorantes artificiales, pesticidas y vacunas. La comunidad médica ha desmentido reiteradamente estos supuestos, en particular la afirmación de que las vacunas causan autismo, una teoría originada en un estudio fraudulento de 1998 que fue desmentido y retirado de la literatura científica.

Acompañado por su secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., conocido por sus posiciones antivacunas, Trump afirmó: “No permitiremos que nuestro sistema de salud pública sea tomado por las mismas industrias que se supone deben supervisarlo”.

Reacciones críticas
Las declaraciones del presidente generaron de inmediato preocupación en círculos científicos y de salud pública. Diversas asociaciones médicas recordaron que difundir información infundada pone en riesgo la confianza en las vacunas y puede perjudicar la salud de millones de niños.

“Los datos muestran que el aumento en el diagnóstico del autismo es resultado de un mayor conocimiento médico, no de una crisis sanitaria provocada por vacunas o alimentos”, indicó la Academia Americana de Pediatría en un comunicado.

Mientras tanto, el informe MAHA instó a las empresas de alimentos a reducir el uso de colorantes y aditivos y pidió que se sometan a mayor regulación, comparando sus prácticas con las normas europeas.

Sin embargo, ninguna de las afirmaciones clave del informe cuenta con respaldo de estudios revisados por pares ni con el aval de entidades científicas reconocidas, lo que vuelve a poner en el centro del debate el uso político de temas de salud pública durante la campaña presidencial.