Turista desaparecido en Cancún es hallado sin vida; habría sido devorado por tiburones
Lo que comenzó como un acto de valentía en una playa del Caribe mexicano terminó en una tragedia que ha conmocionado a dos países. Alejandro Cortez Gonzalez, un joven estadounidense de 20 años originario de Saginaw, Michigan, desapareció el pasado domingo 20 de abril en Playa Chac Mool, Cancún, luego de lanzarse al mar para salvar a una amiga que se estaba ahogando. La joven sobrevivió, pero Alejandro nunca volvió a salir del agua.
Durante más de 70 horas su paradero fue un misterio, mientras su familia, amigos y usuarios en redes sociales mantenían la esperanza de encontrarlo con vida. Sin embargo, la tarde del miércoles 23 de abril, alrededor de las 17:00 horas, turistas que caminaban cerca del Condominio Portofino, en el kilómetro 9.5 del Bulevar Kukulcán, encontraron restos humanos arrastrados por la marea.
Primero fue hallado un cuerpo mutilado. Poco después, guardavidas descubrieron otros restos, entre ellos una cabeza humana. Autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Quintana Roo sospechan que el cadáver fue parcialmente devorado por tiburones.
La zona fue acordonada por la Policía Turística y la Guardia Nacional. Los restos fueron trasladados al Servicio Médico Forense (Semefo), donde se realiza la identificación oficial mediante pruebas de ADN y registros dentales. Aunque aún no hay confirmación forense definitiva, fuentes extraoficiales señalaron que los restos corresponden a Alejandro Cortez Gonzalez.
El mar estaba bajo alerta de bandera roja el día de la desaparición, debido a las fuertes corrientes y oleaje peligroso, una advertencia que el joven ignoró en su intento por salvar a su amiga.
La madre de Alejandro, Renee Gonzalez, compartió un emotivo mensaje en redes sociales al conocer la noticia:
“Mantuvimos la esperanza, y oramos por un milagro. Aunque el resultado no fue lo que queríamos, Dios respondió a nuestras oraciones. El cuerpo de Alejandro ha sido encontrado. Matt y yo vamos a poder traer a nuestro bebé a casa.”
Renee también informó que ni ella ni el padre de Alejandro han podido viajar a México por no contar con pasaportes, y han seguido todo el proceso desde Estados Unidos. A través de una campaña de recaudación, han solicitado apoyo para cubrir los gastos de repatriación.
El caso ha generado una profunda tristeza tanto en México como en Estados Unidos, y ha reavivado el llamado de las autoridades a no ignorar las señales de advertencia en las playas. “Desafortunadamente, el desenlace confirmó la gravedad de ignorar las señales de seguridad en playas”, declaró un vocero de Protección Civil de Quintana Roo.
Mientras se esperan los resultados oficiales de identificación, la tragedia de Alejandro queda como un recordatorio del poder del mar… y del valor de un joven que dio la vida por salvar a otra.