UAW aplaude aranceles del 25% a importación de automóviles y pide renegociar el T-MEC
El sindicato United Auto Workers (UAW) celebró este miércoles la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un arancel del 25% a la importación de automóviles, considerándola como el fin del “desastre del libre comercio” que, según la organización, ha afectado gravemente a las comunidades de la clase trabajadora en las últimas décadas.
Shawn Fain, presidente de la UAW, emitió un comunicado en el que expresó su satisfacción por la medida, resaltando que la imposición de estos aranceles marca el fin de una era de acuerdos comerciales que han perjudicado a los trabajadores de la industria automotriz en Estados Unidos.
“Terminar con la carrera a la baja en la industria del automóvil comienza por arreglar nuestros acuerdos comerciales rotos, y la Administración de Trump ha hecho historia con las acciones anunciadas hoy”, afirmó Fain, quien subrayó que, aunque en el pasado su sindicato apoyó a Joe Biden en las elecciones presidenciales, el objetivo de proteger los empleos de los trabajadores del sector era una prioridad que trascendía la afiliación política.
El sindicato del sector automotriz consideró que esta medida es una “gran victoria” para los trabajadores del automóvil, ya que, según sus estimaciones, los aranceles permitirán recuperar “miles” de empleos en el país, que se perdieron debido a la creciente dependencia de vehículos importados. La UAW destacó que en la última década la producción nacional de automóviles ha disminuido en 2 millones de unidades, mientras que las ventas de vehículos importados siguen aumentando.
Renegociación del T-MEC
Además de apoyar los aranceles, la UAW aprovechó la ocasión para reiterar su petición de una renegociación inmediata del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Según el sindicato, el acuerdo de libre comercio “perpetúa los efectos dañinos” del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), al aumentar el déficit comercial con México y permitir que las empresas trasladen empleos desde Estados Unidos hacia el sur de la frontera.
La organización enfatizó que, si bien el T-MEC ha introducido algunas modificaciones, sigue sin resolver los problemas fundamentales relacionados con la deslocalización de empleos y la competencia desigual en el mercado automotriz.
Críticas al libre comercio
Fain, quien se ha mostrado crítico del modelo de libre comercio en varias ocasiones, sostuvo que “el libre comercio ha sido un desastre para las comunidades obreras”, acusando que las políticas comerciales previas han contribuido a la pérdida de empleos y a la concentración de la producción automotriz en mercados internacionales donde las condiciones laborales son más laxas.
El presidente del sindicato resaltó que estos aranceles no solo favorecen a los trabajadores del sector automotriz, sino que también representan un paso positivo para recuperar el control sobre la producción y la manufactura dentro de Estados Unidos.
Por último, el UAW pidió al gobierno federal que continúe implementando políticas que favorezcan a la clase trabajadora, especialmente en lo que respecta a la industria automotriz, clave para el futuro de los empleos en el país.
La perspectiva internacional
La medida ha generado una respuesta dividida a nivel internacional, especialmente entre los socios comerciales de Estados Unidos. Mientras que algunos sectores dentro de la industria automotriz en el país celebran los aranceles como una forma de proteger la producción nacional, otros advierten sobre las posibles repercusiones para las relaciones comerciales entre EE. UU. y México, que podrían verse afectadas por la revisión del T-MEC y los efectos indirectos sobre el comercio de autos en la región.
La Administración de Trump ha reiterado que la política tiene como objetivo fortalecer la industria automotriz estadounidense y recuperar los empleos perdidos a lo largo de los años, al tiempo que minimiza la dependencia de las importaciones de automóviles.