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Un robot entrenado con IA y vídeos de cirugías opera una vesícula biliar sin ayuda humana

Un robot quirúrgico asistido por inteligencia artificial logró realizar con éxito una operación de extracción de vesícula biliar sin intervención directa de un cirujano humano, en lo que representa un avance significativo en el desarrollo de la cirugía autónoma. El procedimiento fue llevado a cabo en un hospital de Estados Unidos bajo supervisión médica, pero sin que el personal humano manipulara directamente el instrumental durante la operación.

El robot fue entrenado mediante el análisis de miles de horas de vídeos de procedimientos quirúrgicos reales y empleó técnicas avanzadas de visión computacional y aprendizaje automático para identificar tejidos, hacer incisiones precisas y remover la vesícula biliar de manera segura. Durante la intervención, el sistema fue capaz de tomar decisiones en tiempo real, ajustándose a condiciones variables dentro del cuerpo del paciente, como pequeños sangrados o cambios en la posición de los órganos.

Este tipo de procedimiento, conocido como colecistectomía laparoscópica, es una de las cirugías más comunes a nivel mundial. La dificultad técnica y la necesidad de extrema precisión la convierten en una prueba exigente para cualquier sistema automatizado. El hecho de que un robot haya sido capaz de realizarla de forma autónoma marca un punto de inflexión en la integración de la inteligencia artificial en la medicina.

Los desarrolladores del sistema explicaron que el objetivo no es reemplazar a los cirujanos humanos, sino aumentar la precisión, reducir los tiempos de intervención y minimizar riesgos derivados de errores humanos o fatiga. A largo plazo, se espera que esta tecnología pueda ser utilizada en zonas remotas, en contextos de emergencia o en hospitales con escasez de personal especializado.

Los pacientes operados en esta etapa experimental fueron cuidadosamente seleccionados y los resultados iniciales indican una recuperación normal y sin complicaciones. Las autoridades médicas señalan que, si bien se trata de un paso prometedor, aún se requieren más pruebas clínicas y regulaciones estrictas antes de que este tipo de cirugía autónoma pueda aplicarse de forma generalizada en los sistemas de salud.

La operación marca un hito en la fusión entre robótica, inteligencia artificial y práctica médica, y abre la puerta a una nueva era en la que los procedimientos quirúrgicos podrían combinar automatización y supervisión humana para ofrecer una atención más segura y eficiente.