Internacional

Universidad de Tokio considera aceptar a estudiantes afectados por veto de Trump a Harvard

En un gesto de apoyo académico internacional, la Universidad de Tokio (Todai) anunció que está considerando recibir temporalmente a estudiantes internacionales de Harvard que se han visto afectados por la reciente decisión del Gobierno de Estados Unidos de suspender su admisión en la institución norteamericana.

“Estamos comprometidos a ayudar a jóvenes estudiantes talentosos a continuar con su educación sin interrupciones”, indicó un portavoz de Todai al diario japonés Asahi Shimbun.

La propuesta surge en respuesta a la orden del presidente Donald Trump, quien prohibió nuevas matrículas de estudiantes extranjeros en Harvard y amenazó con la expulsión de quienes ya se encuentran inscritos. La medida forma parte de una ofensiva del mandatario contra la universidad, a la que acusa de fomentar el antisemitismo y proteger a estudiantes que participaron en protestas propalestinas.

Apoyo académico ante crisis políticas
La Todai, considerada la universidad más prestigiosa de Japón, ya tiene experiencia recibiendo estudiantes desplazados por crisis internacionales. En 2022, aceptó a unos 30 alumnos e investigadores que huyeron de Ucrania tras la invasión rusa, permitiéndoles asistir como oyentes a clases y obtener certificados de participación.

Ahora, la institución evalúa aplicar un esquema similar para los estudiantes internacionales de Harvard, en lo que podría ser una medida temporal mientras se resuelve su situación migratoria y académica en Estados Unidos.

Según lo publicado por Asahi, el plan en consideración permitiría a los alumnos tomar algunas materias en modalidad presencial u online y recibir certificados que les ayudarían a conservar sus créditos académicos, útiles tanto para un eventual regreso a Harvard como para solicitar ingreso en otras universidades.

Una respuesta a las políticas de exclusión
La iniciativa japonesa se da en medio de una creciente tensión internacional provocada por la política migratoria y educativa de la administración Trump, que sostiene que el 25% de estudiantes extranjeros en Harvard representa un “exceso” que perjudica a los estadounidenses.

La semana pasada, el Departamento de Seguridad Nacional anunció que Harvard no podrá aceptar más alumnos internacionales, y que quienes ya están matriculados deberán transferirse o enfrentarse a la expulsión. Esta medida se aplicaría como represalia por la negativa de la universidad a proporcionar datos de estudiantes foráneos presuntamente involucrados en protestas contra la guerra en Gaza.

No obstante, un tribunal federal de distrito bloqueó temporalmente la entrada en vigor de la orden ejecutiva, mientras se revisa su constitucionalidad. La próxima audiencia está prevista para el 27 de mayo, en la que se decidirá si la suspensión se mantiene o si el Gobierno podrá avanzar con su plan.

Un acto de solidaridad global
La Universidad de Tokio subraya que aún está definiendo los detalles operativos del programa, pero el gesto ya ha sido interpretado por analistas y académicos como un ejemplo de solidaridad educativa ante políticas discriminatorias.

Organismos internacionales de educación superior han comenzado a pronunciarse en favor de alternativas que permitan a los estudiantes afectados continuar su formación, señalando que las decisiones políticas no deben obstaculizar el acceso al conocimiento ni castigar el ejercicio de la libre expresión.

Mientras la comunidad internacional observa con atención el desarrollo del caso, la propuesta de Todai se perfila como una vía de alivio para cientos de estudiantes en riesgo de quedar atrapados entre la represión política y la burocracia migratoria.