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Venden datos biométricos por bitcoins

Cientos de personas en México han entregado la fotografía de su rostro e iris a la empresa Worldcoin a cambio de pagos en criptomonedas que, en la práctica, han resultado ser significativamente inferiores a lo prometido. Este esquema, que ha capturado la atención de la ciudadanía, se enfrenta a una creciente preocupación por la falta de transparencia, la vulnerabilidad de los participantes y un marco legal cada vez más débil.

En octubre de 2024, más de setenta personas en Iztapalapa, Ciudad de México, hicieron fila para que un dispositivo conocido como Orb escaneara su biometría a cambio de mil pesos. Sin embargo, debido a la fluctuación del valor de las criptomonedas, muchos recibieron cantidades mucho menores, en algunos casos tan bajas como 50 pesos.

Una investigación del portal Animal Político detalla que el proceso es rápido y confuso: los participantes son conectados a una red de internet, descargan la aplicación World App, aceptan términos y condiciones que no comprenden y se escanean sin recibir explicaciones claras. Además, se les solicitan datos personales y copias de su identificación oficial, como la credencial de elector, para poder cobrar.

Riesgos y vulnerabilidad social
Organizaciones como Amaranta en Chile han documentado patrones similares de vulnerabilidad. La fundadora, Cecilia Ananías Soto, afirma que el consentimiento es “viciado”, ya que “la gente actúa con las herramientas que tiene en un momento de necesidad, no de forma libre ni informada”. En Chile, se ha visto a mujeres con bebés e incluso menores de edad participando, a pesar de que la ley lo prohíbe.

Los expertos señalan que el modelo de negocio es opaco. Lucía Camacho, de la organización chilena Derechos Digitales, advierte que la estructura de Worldcoin, a través de su matriz Tools for Humanity, impide saber quién realmente controla los datos y si es posible borrarlos. “Nuestras autoridades no tienen facultades para enfrentar a estas empresas transnacionales”, subraya.

Vacío legal y ausencia de supervisión
A pesar de los cuestionamientos, la operación de Worldcoin en México ha avanzado sin supervisión clara. Una solicitud de la diputada María Eugenia Hernández (Morena) al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) para investigar el caso no tuvo resultados públicos. Según el abogado Santiago Narváez, de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), no existe información sobre las posibles indagatorias, y la Fiscalía General de la República (FGR) ha clasificado cualquier investigación como reservada.

El escenario se complica con la desaparición del INAI en marzo de 2025, y su sustitución por la Secretaría Anticorrupción y de Buen Gobierno, una entidad que, según Narváez, carece de la autonomía y las facultades sancionatorias necesarias para proteger los datos personales de la ciudadanía.

Miguel Rocha, director de World para México, Centroamérica y Canadá, asegura que la empresa cumple con las leyes de los países en los que opera y mantiene un diálogo con la nueva Secretaría. De acuerdo con cifras de la empresa, más de 700,000 mexicanos han sido verificados mediante escaneo de iris y 1.3 millones de cuentas están activas en la aplicación.

Sin embargo, especialistas como Paul Aguilar, de SocialTIC, advierten sobre la reforma de 2025 a la Ley de Protección de Datos, que eliminó la obligación de informar sobre transferencias de datos a terceros y prevé la fusión de la CURP con un Registro Único de Identidad que incluirá datos biométricos, financieros y médicos. Aguilar califica a Worldcoin como parte de un fenómeno global en el que las criptomonedas incentivan un modelo de explotación de datos personales y biométricos, que configura un sistema de “hipervigilancia real”.